Cuaderno marginal de la discapacidad de Proyecto Abedul.

 

Experiencias:
Reclamaciones de un viajero con silla de ruedas al que EMT de Madrid niega el acceso
al autobús con frecuencia porque la plaza para personas con movilidad reducida
va ocupada asiduamente por viajeros que portan un cochecito de niño.
"Problemática que genera exclusión a los discapacitados".

 

RECLAMACION 1.
FECHA DEL INCIDENTE: 31 DE ENERO DE 2009.

El sábado día 31 de enero de 2009, cuando me encontraba en la parada número 594 situada en la Calle Toledo, esq a la Glorieta de Puerta de Toledo a las 21.10 horas esperando el autobús de la línea 35 con destino Carabanchel Alto, llegó el autobús número 4153, comunicándome el conductor que no puede permitirme el acceso porque la plaza para personas con movilidad reducida va ocupada por un cochecito de bebe.

Por tal motivo y a fin de poner en conocimiento de la empresa este tipo de situaciones y problemática rogué amablemente al conductor que me entregase una hoja de reclamación, el cual se niego en rotundidad alegando que pretendo reclamar contra el mismo cuando por su parte está ateniéndose al reglamento, y que lo que debo de hacer es escribir una queja al Consorcio Regional de Transportes y no contra el que cumple un reglamento.

Por mi parte insistí repetidas veces al conductor que la reclamación no va fundamentada contra su persona sino que únicamente pretendo plantear en ella mi dificultad de acceso a este medio de transporte. A todo ello el conductor continuó exponiéndome que “me ponga como me ponga no me va a entregar ninguna hoja de reclamación”.

Le pedí de nuevo por favor que atendiendo a su deber con el viajero me entregase la hoja de reclamación sin entrar a cuestionar los motivos que me llevan a efectuar la misma o de lo contrario me vería en la necesidad de denunciar dicha actitud. A lo que me respondió que deje de hablar e interrumpir el paso de los viajeros y que “de su autobús no me va a entregar ninguna hoja de reclamación…, y punto”. De modo que finalmente se fue sin entregarme dicha hoja de reclamación.

Por los hechos expresados voy a presentar esta reclamación fundamentada ya no tanto en mi imposibilidad de acceso al coche, sino fundamentada totalmente en la negativa de este empleado público a entregarme una hoja de reclamación, dificultando gravemente mi derecho a poner en conocimiento de la empresa las dificultades y problemas observados en la línea y que como viajero me afectan muy seriamente.

Quisiera con ello pedir por favor a EMT que tome las medidas oportunas para que éste tipo de actitudes “consistentes en negar la hoja de reclamación” que dificultan los Derechos del viajero dejen de suceder como consecuencia del comportamiento de algunos miembros del personal empleado al servicio de la empresa pues no es la primera vez que me ocurre el hecho de que se me niegue la entrega de una hoja de reclamación por parte de un conductor.

Para atestiguar que ciertamente este conductor me negó la hoja de reclamación repetidas veces y de forma muy poco amable dos viajeros que se encontraban en la parada me ofrecieron voluntariamente sus DNI a fin de testificar la veracidad de cuanto aquí expreso.

Por otro lado:

El dia 29 de enero, (3 días antes de este incidente) también me ví obligado a realizar dos reclamaciones en un mismo día y en una misma parada tras encontrarme con que se me negó el acceso a dos autobuses seguidos por ir la plaza para PMR ocupada por un carrito de bebe, así como no pudiendo subir tampoco al tercer autobús por no funcionar el sistema de rampa que me posibilita el acceso.

Finalmente pude subir al cuarto autobús tras una espera de 40 minutos en un día lluvioso y frío en el que debí de permanecer en la parada éste tiempo a pesar padecer una enfermedad muscular. Situación que no es aislada pues me ocurre con frecuencia, si bien no llegando nunca a situaciones tan extremas como ésta de tener que esperar cuatro autobuses seguidos.

Todo lo cual viene a demostrar que el problema, lejos de haberse solucionado o de ser inexistente como ha sugerido el Consorcio Regional de Transportes y la misma EMT, e incluso que se ha aminorado porque la empresa ruega a los conductores la máxima colaboración para no dejarnos en la parada; se sigue sucediendo.

Son numerosos los conductores amables y educados con el viajero que me han expresado encontrarse muy disconformes con este reglamento, comentándome así mismo la observación de que han notado un importante descenso de viajeros con silla de ruedas en el uso diario de este transporte público, probablemente debido a que muchos desisten de viajar debido a todas estas dificultades.

A modo personal y de modo sincero he de decir que cada vez me cuesta mas trabajo hacer uso de este transporte si no es por una necesidad muy apremiante (cosa que antes no me ocurría) porque con estos hechos y al margen de padecer las esperas, el frío, etc.., me siento en una situación incómoda, inclusive cuando numerosos conductores me permiten el acceso “por humanidad” y en contra del reglamento porque al final me veo obligado a viajar de mala manera, fuera de mi espacio, en el pasillo, incomodando a los viajeros que se quejan, o bien obligando a que la persona que porta el carrito de bebe “a veces” por humanidad me ceda el sitio, y ver por mi parte que esa persona y un bebe muy vulnerable han de viajar por mi causa en medio del pasillo.

Es una situación realmente incómoda para mí. Por ello, la situación está causando que las personas en mi situación descartemos el uso del transporte público, a pesar de ser el modo mas viable que podemos utilizar para estudiar, para trabajar, etc… Y ello conlleva una gravísima discriminación y marginación del colectivo porque “sencillamente” no tenemos otro modo de desplazarnos.

¿Qué debemos de hacer entonces? ¿Volver a encerrarnos en nuestro hogar?, aislados como el pasado. Desde luego, esta situación supone un grave retroceso social de nuestro colectivo, al haberse creado normativas en las que se conceden nuevos derechos “muy razonables y justos” a los ciudadanos, pero por contra sin realizar ninguna inversión en la adaptación de los vehículos existentes para facilitar esos nuevos derechos, ya que en la actualidad se han llevado a cabo a costa de reducir los de un colectivo fuertemente marginado como somos las personas con discapacidad.

¿Porqué no se adapta en el interior de cada autobús una plaza adicional en para estos nuevos usuarios?, eliminando uno o dos asientos de los autobuses, “no es tan complicado ni tan costoso económicamente”.

Los nuevos autobuses que EMT de Madrid está adquiriendo desde el pasado año ya traen esos dos espacios, uno para carritos de bebe, otro para una silla de ruedas y otro para maletas o carritos de compra. Eso es cierto, tales nuevos autobuses están excelentemente diseñados. Pero esto no se pensó hasta hace escasamente un año, tras ver el problema surgido. De modo que esos nuevos autobuses no superan ni siquiera un 10% del total de la flota de EMT ni así será en menos de ocho años porque la flota actual que ya existe “es completamente seminueva”, con un 80% de los coches con menos de 4 años de antigüedad, y ningún coche de ese 80% trae doble plaza ni tampoco se le ha modificado para adecuar espacios para estos nuevos viajeros y tipos de equipajes; carros de compra, maletas...

Es preciso que se los modifique, pues ello, dada la saturación y gran demanda de viajeros es mas justo que convertir en zona multiusos (para carros de bebe, de la compra, sillas de ruedas, maletas, bicicletas plegables..,) la única plaza existente para personas con movilidad reducida.

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 2.
FECHA DEL INCIDENTE: 25 DE MARZO DE 2009.

El pasado día 25 de marzo de 2009, siendo las 19.00 horas, estando en la parada núm 3633, sita en el PAU de Carabanchel, esperando el autobús de la línea 35 destino Plaza Mayor: Al llegar el coche e ir a subir; el conductor me dijo que había una persona con un carrito de bebe en la plaza habilitada para personas con movilidad reducida.

Ante tal hecho y dado el reglamento que solo permite un cochecito de bebe o silla de ruedas, pedí por favor a la persona que portaba el carrito de bebe si podía plegarlo para no tener que quedarme esperando en la parada.

La señora dijo que no, dado que el reglamento le permite llevar el cochecito en esa plaza, y al explicarle que yo no puedo plegar mi silla de ruedas y que me tendría que quedar esperando, y que este hecho a veces me ocurre con mas de dos o tres coches seguidos “dado el número de carritos de bebe”, me dijo que “ese no era su problema”, que también ella se tiene que quedar esperando cuando un autobús lleva otro carrito de bebe. Y al insistirle por mi parte en que con voluntad sí podría plegar el carrito de bebe, mientras que las personas con silla de ruedas no podemos hacerlo, ni tampoco coger el primer taxi como alternativa, insistió en que “ese no era su problema”.

En vista de la situación, pedí al conductor una hoja de reclamación (entregándome la hoja Nº 00157602) a través de la cual deseo hacer llegar a EMT el problema en modo de sugerencia y para que así mismo puedan preguntar a este conductor si lo creen conveniente para cerciorarse de la veracidad del comportamiento de esta señora frente a mi solicitud.

Dado que la señora se negó a plegar el carrito y el reglamento solo permite un cochecito de bebe o silla de ruedas en esa única plaza, no insistí mas y me quedé esperando en la parada otros 10 minutos (20 en total). Esta situación, como ya he expuesto en reiterados escritos es constante y cada día va a peor, agravándose muchísimo mas cuando es hora punta, dado que a pesar de que todos los autobuses urbanos son de piso bajo, mas de un 80% traen una única plaza y son numerosísimas las personas que acceden a ellos con un cochecito de bebe, dándose el caso de tener que esperar dejando pasar hasta tres coches seguidos porque llevan la plaza ocupada por un carrito de bebe, como ya he denunciado mediante reclamaciones anteriores.

Los últimos modelos que ya consideran en su diseño mas espacio, y traen dos plazas, no llegan ni al 10% del total de la flota, y así mismo según el reglamento tampoco garantizan que si ambas plazas van ocupadas por ambos carritos de bebe, haya de cederse una de ellas para personas con discapacidad en silla de ruedas.

Esta situación pone de manifiesto una total carencia de educación cívica y solidaridad ciudadana y es lo que a través de esta reclamación quisiera trasmitir a EMT para que así mismo lo exponga a los responsables municipales de este transporte público, así como al Consorcio Regional de Transporte de la Comunidad de Madrid. A fin de que esta problemática y falta de solidaridad ciudadana hacia quienes por una enfermedad o dolencia estamos en una silla de ruedas se tenga en cuenta en los próximos estudios sobre el transporte público que puedan hacerse en este sentido.

Este tipo de comportamientos ciudadanos tan poco solidarios y comprensivos hacia las personas con movilidad reducida por parte de otros colectivos, me parecen en toda regla una total falta de educación ciudadana y ética que está generando un serio problema “gravísimo” de exclusión hacia nuestro colectivo, al ser nosotros un grupo comparativamente minoritario, con una gran carencia y dificultades en cuanto a posibilidades de transporte alternativas, imposibilidad de acceso al autobús cuando el mismo va saturado de viajeros, cuando una rampa casualmente falla (cosa que ocurre a menudo a pesar de que se revisen, porque la mecánica no es perfecta), o cuando un autobús no puede arrimarse a una parada dado que a veces también hemos de padecer los perjuicios de conductores “mal educados” que estacionan sus vehículos en estos lugares.

Este problema se traduce para nosotros en una gran barrera, en un infinito tiempo de espera en paradas sentados en nuestra silla de ruedas padeciendo frío, agua, etc.., para poder subir a los autobuses y llegar a cualquier lugar de la ciudad a desarrollar un trabajo o cualquier otra necesidad en hora punta (a veces se superan las dos horas de viaje cuando han de combinarse mas de dos trayectos).

“Como verán esta no es una calidad de vida para personas que ya estamos de por si afectadas de una dolencia física o físico-medica cuando se trata de enfermedades”.

Sobre todo ello, los demás ciudadanos no piensan nunca cuando con total indiferencia nos expresan “ese no es mi problema” comentario que no es la primera vez ni la segunda que lo escucho cuando sufro alguna de estas situaciones.

Todo ello nos está generando al colectivo un grave problema para nuestra movilidad diaria y nuestros compromisos y deberes sociales. Es muy difícil en esta situación poder asistir diariamente a un puesto de trabajo y realizar otras funciones de primera necesidad sin sufrir un grave perjuicio que va mermando nuestro ánimo para continuar adelante.

Hace años las personas con movilidad reducida fuimos no sin grandes esfuerzos los grandes impulsores y pioneros para lograr lo que hoy es un transporte público accesible sin barreras en base al “diseño universal”, que concluyó años mas tarde con la comprensión y solidaridad de las administraciones, gobiernos, etc.., para que se iniciasen programas nacionales con este objetivo, así como directivas europeas de fabricación de vehículos urbanos adaptados. Todo ello, de cara al futuro se considero como bien aplicable para otros colectivos como es lógico.

Por aquellos tiempos de concienciación, ninguna persona con carrito de bebe ni similares se unió nunca a nuestras reivindicaciones ni tampoco las planteó particularmente, y hoy, a pesar de que gracias a este logro hemos llegado a un punto de hacer posible el acceso para todos: Resulta que de inmediato nuevos colectivos reivindicaron su derecho de acceso “cosa muy justa”. Pero a cambio, nuestro colectivo recibimos hoy con crudeza “la indiferencia” de algunas personas que portan un cochecito de niño cuando les pedimos “solidaridad y comprensión” para no dejarnos en una parada esperando.

Esto me parece realmente lamentable y si me gustaría poder plantearlo no solo a EMT, sino también a los responsables políticos en aplicar y regular las nuevas reglamentaciones en este sentido, para que estudien en profundidad el problema y prevalezca el sentido común frente al egoísmo para que las personas con silla de ruedas que somos un colectivo minoritario y muy vulnerable no padezcamos de nuevo exclusión y barreras en este modo de transporte.

La convivencia podría ser ideal si imperase la solidaridad, el sentido común, la educación cívica, el comprender la situación de los demás sin “ese no es mi problema”. Pero cuando falla todo esto, debería imperar una legislación que garantice la no exclusión de nuestro colectivo.

Solo pido eso, comprensión hacia el problema desde EMT y que así lo trasmitan a sus superiores responsables de éste transporte público, tanto en el Ayuntamiento de Madrid como también al Consorcio Regional y así mismo ante los distintos órganos de Gobierno responsables en la aplicación y regulación de esta legislación y reglamentaciones.

Sin otro particular, rogando se sirvan dar curso a este problema del modo que estimen mas conveniente para un estudio:

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 3.
FECHA DEL INCIDENTE: 31 DE ENERO DE 2010.

El día 31 de enero de 2010, permanecí esperando el autobús en torno a 20 minutos en la parada de cabecera de la Línea 35 de EMT con dirección a Carabanchel Alto, sita en la calle Colegiata, junto a Plaza Mayor. Una vez llegado el autobús Nº 4093, y siendo las 21.30 horas, al disponerme a subir, también lo hizo otra persona que portaba un carrito de bebe que estaba en la parada con antelación.

Al preguntar el conductor a esta persona si le importaría plegar voluntariamente el carrito de bebe a fin de permitirme subir, esta persona dijo que "no plegaba el carrito", por lo que hube de quedarme en la parada esperando al próximo coche, dado que el reglamento actual de viajeros de EMT no posibilita el viaje de un carrito de bebe y una silla de ruedas en la plataforma habilitada para "personas con movilidad reducida".

No es la primera vez que me ocurre este tipo de situación, y aunque me consta que el reglamento es claro y específico, y a pesar de que incluso la lamentable situación trato de sobrellevarla de la mejor manera, no deja de ser una situación atípica que genera una seria barrera y exclusión a personas en mi situación, quienes con una enfermedad nos hemos de quedar en una parada sin poder subir (a pesar de pagar nuestro billete).

Esperando a menudo largo rato, en este caso media hora ante la pasividad e insensibilidad de algunos ciudadanos que como puedo constatar, en nada colaboran ni les importa lo mas mínimo la situación de los que estamos mas limitados, de quienes no podemos cerrar nuestra silla de ruedas para subir a bordo. Porque en definitiva "debemos de buscarnos la vida", tal y como en cierta ocasión me expresó una madre portadora de un carrito de bebe cuando le pedí el favor de cerrar el carrito y traté de explicarle mi dificultad.

Se pueden imaginar la situación que vivimos diariamente las personas que caminamos con silla de ruedas derivada de éste reglamento tan insensible y "poco humano", que denota una sociedad cada vez mas deshumanizada.

Desde luego, en mi caso procuro sobrellevar la situación-exclusión con el máximo ánimo posible, pero a menudo me pongo en el lugar de muchas otras personas como yo, que incluso padecen un grado de discapacidad mas complejo.

Me parece inaudito lo que está ocurriendo en esta ciudad (capital de España) y la insensibilidad y silencio hacia el problema de la administración, colectivos ciudadanos, etc...

Sepan que muchas personas con movilidad reducida estamos desistiendo de viajar en este transporte público dada la constante problemática y la poca "educación y solidaridad ciudadana". Porque lejos de facilitar nuestra movilidad, está planteándonos serias barreras para nuestra integración social y vida diaria.

Pueden imaginarse el calvario diario que padece quien con una silla de ruedas "trata de estar integrado en sociedad" e intenta diariamente ir a un trabajo, a un centro de rehabilitación, a una escuela.., en hora punta utilizando este transporte y soportando las constantes negativas de acceso porque la plaza va ocupada por un carrito de bebe que no desean cerrar, por un viajero con maletas, por unos carritos de la compra.

Me pregunto ¿Dónde queda el humanismo, civismo, ética.., de una sociedad que se comporta de este modo con las personas mas limitadas?

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 4.
FECHA DEL INCIDENTE: 3 DE FEBRERO DE 2010.

El miércoles 3 de febrero de 2010, me dispuse a viajar desde el lugar en el que resido (Carabanchel Alto), con destino a Plaza de Castilla. Siendo las 17.10 horas aproximadamente, me sitúo en la parada sita en la Plaza de la Emperatriz con destino Madrid Centro, en la cual se detienen los autobuses de EMT números 34 y 139 entre otros.

Me planteo dos alternativas de viaje para llegar a mi destino justo al otro extremo de la ciudad:

1- La primera alternativa posible, es viajar en el autobús139 de EMT hasta la estación de Metro de Cuatro Vientos, sita en la colonia Dehesa del Príncipe, para desde allí acceder a la línea 10 de Metro que me llevará en poco mas de 15 minutos a Plaza de Castilla, ya que la estación de metro de Cuatro Vientos, aunque alejada de mi domicilio y en sentido opuesto al Centro de la Ciudad , es la estación de Metro “accesible para viajeros con sillas de ruedas” mas próxima que existe a mi distrito, puesto que la línea 11 de Metro, aunque tiene una estación en Carabanchel Alto, no me lleva a ninguna parte, dado que en Plaza Elíptica (que es su final), no puedo hacer transbordo a la línea 6 de dicha red metropolitana al no existir ascensor para la interconexión.

2- La segunda alternativa posible, es viajar en el autobús 34 de EMT, hasta Embajadores, para allí coger la línea 27 de EMT hasta Plaza de Castilla (Cruzar todo Madrid en autobús en un tiempo de casi dos horas).

Esas son las dos complejas soluciones que tengo para viajar en mi silla de ruedas hasta Plaza de Castilla.

El primer autobús que llega a la parada, cuando llevo aproximadamente diez minutos de espera; es un 139, que decido intentar coger para ir a la estación de Metro de Cuatro Vientos. No pudiendo hacerlo dado que el conductor me hizo una indicación de que llevaba un cochecito de bebe a bordo, como así era. De dicho autobús no pude coger el número, pero tampoco es esto lo importante dado que el conductor cumplió efectivamente con la reglamentación vigente en EMT ante estas situaciones.

Pasados aproximadamente otros diez minutos, siendo en torno a las 17.25 horas, llega otro autobús 34 con destino Cibeles, al que intento subir, pero al cual no le funciona la rampa.

Dado que a ese autobús, al intentar extraer la rampa y no salir debidamente, debió de surgirle algún tipo de dificultad para iniciar la marcha y continuar (eso a menudo les ocurre cuando las rampas dan fallos); el conductor me expuso que el autobús no podía moverse y que no sabía si podría arrancar, por lo cual, los autobuses que vinieran detrás no podrían arrimarse a la dársena para extraerme la rampa.

De modo que decido bajar caminando a la parada siguiente (número 378, sita en la Plaza de la Emperatriz), en la cual cuando llevo esperando otro rato; llega otro autobús 34 con destino Cibeles a las 17.40 (autobús número 422) con los viajeros del anterior averiado mas los que ya llevaba. A este autobús tampoco pude acceder dado que su conductor me indicó que también llevaba a bordo otro carrito de bebe, como efectivamente así era.

Finalmente, un tiempo después, cuando ya eran aproximadamente las 17.50 y cuando llevaba esperando en orden a 45 minutos, pude subir finalmente a otro autobús 139 que llevaba la plaza libre para personas con movilidad reducida y que además le funcionó la rampa (dos casualidades que deben de cumplirse para poder viajar una persona con silla de ruedas).

En definitiva; “tuve que dejar pasar tres autobuses a los que no pude subir”.

Este tipo de dificultades son constantes cada vez que utilizo los autobuses de EMT para salir de mi distrito, y ello es una compleja situación que incluso me limita toda posibilidad de plantearme el uso diario de dicho transporte para un empleo, actividades formativas u otras que requieran un desplazamiento constante, porque sencillamente someterse a tal situación diaria sería una desesperación y un imposible.

Creo que es importante que en EMT valoren este tipo de dificultades que estamos teniendo las personas con silla de ruedas, por las cuales estamos incluso “desistiendo en todo lo posible de viajar”, con las limitaciones y exclusión que ello conlleva.

Es imposible dada la situación actual, depender de este servicio como único medio de desplazamiento para cuestiones tan fundamentales como un empleo o asistir a clases, porque a la dificultad derivada de los inevitables problemas de averías de rampas, paradas a las que no podemos acceder porque muchos automóviles estacionan indebidamente frente a ellas, obras fortuitas, etc.., se añade la dificultad de la masiva afluencia de carritos de bebe que lógicamente tienen su derecho y utilizan el autobús, y la intransigencia del reglamento de “negarnos el acceso cuando ya va uno de ellos a bordo”, a pesar de que las personas con silla de ruedas que utilizamos este transporte somos un colectivo de personas sumamente reducido.

Creo que deberían de hacer algo para cambiar esta situación que estamos padeciendo y que como viajero con silla de ruedas, les relato a través de mi propia experiencia personal.

“Los nuevos autobuses de dos plazas, son tan escasos que está visto que no son suficientes para paliar este problema, pues raramente he coincido con alguno, en cambio el resto son todos nuevos y de una sola plaza. Por tanto, creo que deberían de adoptar medidas eficaces para garantizar que las personas con silla de ruedas podamos utilizar dignamente este transporte sin padecer este tipo de exclusión, pues como ven son muchas las dificultades que tenemos.

Créanme que me gustaría relatarles mejores experiencias e impresiones en mis viajes, pero lamentablemente esto es lo que hay cada vez que viajo. Y créanme también que me gustaría escribirles para detallarles impresiones positivas, como así hice en muchas ocasiones cuando hace menos de diez años comenzaron a incluir en las líneas de este distrito algunos coches de piso bajo “accesibles”. Anteriormente no existía ninguno.

Hoy, diez años después y cuando ya todas las unidades son de piso bajo, las personas con silla de ruedas, continuamos inexplicablemente encontrando serios problemas para nuestra movilidad en dicho transporte y por ende encontrando las mismas dificultades para el empleo, para la formación, etc…

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 5.
FECHA DEL INCIDENTE: 11 DE FEBRERO DE 2010.

El jueves, día 11 de febrero de 2010, estando en la parada de EMT número 1162, esperando el autobús de la línea 35 con destino Plaza Mayor durante unos diez minutos, bajo una temperatura climatológica muy baja. A las 19,40 horas Llegó el autobús número 4100 al que me dispuse a subir, pero el conductor no me lo permitió alegando que llevaba un carrito de bebe a bordo.

Por ello hube de quedarme en la parada esperando otros diez minutos (en total 20 minutos), hasta que el siguiente autobús número 4095 llegó a las 19,50. Al cual pude subir finalmente, observando que le faltaban los cinturones de seguridad en el espacio habilitado para personas con movilidad reducida.

No comprendo porque se nos niega el acceso a los autobuses a las personas con silla de ruedas por esa causa, ya que es algo que no le ocurre a ningún otro ciudadano. ¿Porque a nosotros nos ocurre ésto cada vez que la plaza va ocupada por personas con un cochecito de bebe, el cual es posible plegarlo?.

Las personas con silla de ruedas que utilizamos este transporte, somos un número muy inferior a la inmensa cantidad de personas que portan carritos de bebe. Nosotros no podemos plegar nuestras sillas de ruedas y muy a menudo estamos afectados por dolencias diversas referidas a "salud", siendo muy desfavorable para nosotros permanecer largos ratos en las paradas, esperando a que nos dejen subir a algún autobús que no lleve un carrito de bebe (a veces pasan mas de dos seguidos con la plaza ocupada por un carrito de bebe).

"No me parece lógico que no se nos ceda la plaza, y aún me parece menos lógico que se nos llegue a negar el acceso dadas nuestras condiciones. Sencillamente me parece totalmente "inhumano".

Pagamos un billete como cualquier viajero y sufrimos una severa discriminación a pesar de nuestra gran limitación y condiciones físicas.

Realmente me parece injusto este reglamento dada la falta de solidaridad ciudadana para con nosotros. A menudo, las personas que portan carritos de bebe, ante estas situaciones de dificultad que padecemos, cuando nos ven en las paradas y que se nos niega el acceso; permanecen impasibles, frías y poco colaboradoras "en su mayoría", y esto me parece "muy triste y lamentable".

Creo que desde EMT debería de hacerse algo al respecto, porque esta situación me ocurre a diario cada vez que uso este transporte, y así mismo me imagino que les ocurrirá a la mayoría de personas con silla de ruedas.

Insisto en que las personas con silla de ruedas somos un grupo muy reducido respecto a la multitud de viajeros portadores de carritos de bebe. Además, somos personas con unas gravísimas dificultades de movilidad y a menudo con dificultades físicas relacionadas con la salud.

¡No es coherente ni humanamente justa esta situación!

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 6.
FECHA DEL INCIDENTE: 12 DE MARZO DE 2010.

Soy viajero de autobuses urbanos de Madrid y utilizo silla de ruedas para desplazarme a consecuencia de enfermedad muscular. El viernes día 12 de marzo de 2010, encontrándome esperando el autobús de la línea 35 de EMT en la parada número 341 con destino Carabanchel Alto bajo una temperatura climatológica en torno a los 3º C:

A las 21.05 horas llegó el autobús número 4095 al que me dispuse a subir. El conductor me dijo que no podía permitirme el acceso porque la plaza para personas con movilidad reducida iba ocupada por un carrito de bebe. Solicité hoja de reclamación para dejar constancia de la sucesión de estos hechos ante EMT pero el conductor no pudo darme la misma porque llevaba el libro de reclamaciones sin hojas como yo mismo pude comprobar.

A las 21.20 horas aproximadamente (entre 12 y 15 minutos mas tarde) llegó otro autobús, al cual tampoco pude subir porque no le funcionó la rampa, motivo por el cual le pedí una hoja de reclamaciones: Hoja Nº 00186301. Libro Nº 0007453.

A las 21.35 (otros 12 ó 15 minutos mas tarde) y cuando ya llevaba en la parada un total de aproximadamente 35~40 minutos soportando una baja temperatura de 3º C que para este tipo de enfermedades no es muy favorable; llegó el autobús Nº 4097, al que finalmente pude subir sin ningún problema.

Todas estas observaciones deseo ponerlas en conocimiento de la dirección de EMT, no solo para que quede constancia de estas dificultades tal y como ”es mi deber”, sino para que tanto desde la dirección de la empresa, como desde el Consistorio y el mismo Consorcio Regional de Transportes de la CAM, exista un conocimiento y conciencia de lo que implica negar el acceso a las personas con silla de ruedas (muchos con enfermedades y dificultades extremas), a consecuencia de la gran cantidad de cochecitos de bebe que hacen uso de este medio de transporte y de que sea solo una la plaza habilitada en la inmensa mayoría de los coches de EMT (80% de la flota actual, excepto el 20% de nuevos coches que ya traen dos plazas).

A las personas con silla de ruedas, a pesar de que somos comparativamente un grupo muy inferior a estos otros usuarios (a los que también denominan “con movilidad reducida”) y de que no podemos plegar nuestra silla de ruedas, como si pueden hacerlo la mayoría de cochecitos de bebe, se nos está negando el acceso en numerosas ocasiones por este motivo. Lo cual, unido a las múltiples ocasiones en las que los sistemas de las rampas fallan y las veces en las que tampoco podemos subir porque los vehículos van saturados de público.

“La consecuencia es que se nos está dificultando muy gravemente nuestra movilidad”, dejándonos esperando en las paradas largos espacios de tiempo a pesar de nuestra limitación, soportando las bajas temperaturas, la lluvia o un intenso sol. Comparativamente, el resto de viajeros utiliza el transporte con plena normalidad y como es natural, nunca nadie les limita el acceso.

El grado de desigualdad social que padecemos por todo esto las personas con silla de ruedas es muy grave, a pesar de que cuando se dotaron todas las unidades con piso bajo y rampa, “muchas personas en mi situación pensábamos que se había convertido éste en un transporte público donde nuestro grado de igualdad social sería plenamente efectivo conforme garantiza la Constitución Española. Lamentablemente, ello no es así dada la situación que como viajero sufro a diario y que como es mi deber pongo en su conocimiento para que la conozcan y se mejore.

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 7.
FECHA DEL INCIDENTE: 1 DE DICIEMBRE DE 2010.

Soy un viajero de EMT afectado por una enfermedad muscular progresiva sin a penas investigación ni tratamiento y por ello usuario de silla de ruedas. Quisiera poner en su conocimiento la situación de exclusión de acceso al autobús que padecí el pasado martes 30 de noviembre de 2010.

Estando situado en la parada de EMT número 579 esperando el autobús de la línea 17 de EMT Madrid con dirección centro ciudad y cuando llevaba en torno a 15 ó 20 minutos de espera, a las 15.32 horas llegó el autobús número 4076 cuyo conductor me dijo que no podía subir con mi silla de ruedas porque llevaba muchos viajeros, y que esperase al siguiente que vendría pronto.

En torno a cinco minutos después, a las 15.37 horas llegó el siguiente autobús número 6287 cuyo conductor también me dijo que no podía subir con mi silla porque llevaba a bordo un carrito de bebe desplegado en el espacio habilitado para las personas con movilidad reducida.

Y de nuevo hube de quedarme en la parada esperando otros 12 ó 15 minutos mas, soportando una temperatura bajísima en un día muy frío y lluvioso, lo que para mi salud es sumamente desfavorable debido a mi enfermedad, hasta que finalmente, a las 15.50 llegó el autobús 4057, al que por suerte pude subir, tras rezar mucho para que no le fallase la rampa o no trajese otro cochecito de bebe.

En total estuve en torno a 35 ~ 40 minutos inmóvil en la parada, bajo unas condiciones climáticas muy adversas y complicadas para mi estado de salud. Ni que decir tengo que utilizo este medio de transporte por una absoluta necesidad ante la imposibilidad de tener un vehículo propio (como sería mi voluntad) debido a las limitaciones que me genera la enfermedad y a la ausencia (en España) de vehículos y adaptaciones adecuadas para personas con mi tipo de limitación, lo cual no viene al caso detallar.

He de decir que desde que las personas con movilidad reducida estamos sufriendo las constantes negativas de acceso a los autobuses a consecuencia de los abundantes cochecitos de bebe desplegados que utilizan este medio de transporte y que no nos ceden el sitio (ellos pueden plegar el cochecito del bebe), he reducido mis viajes en EMT a lo estrictamente necesario, como pueda ser mi asistencia al médico u otras necesidades muy primordiales, y siempre que me es posible opto por hacer los trayectos caminando con mi silla de ruedas por largos que sean (es preferible todo ello a estar largo rato esperando y recibir constantes y desagradables negativas de acceso).

Por todo este problema y a fin de ahorrarme estos desagradables sinsabores diarios, he dejado de asistir a muchas de las actividades sociales, culturales, formativas, de ocio.., que antes realizaba y “ahora no realizo”.

Desde hace un año, también desistí de continuar presentando mas quejas a EMT cada vez que me ocurren estos acontecimientos como habrán podido comprobar, lo que no quiere decir que no me hayan continuado ocurriendo cada vez que he utilizado el autobús pues han sido frecuentes. Y en ello ha influido notoriamente que mis múltiples quejas anteriores sirvieron para muy poco dado que siempre se me ha dado desde EMT la misma respuesta “que tal situación está conforme a la legislación”:

Cito su respuesta:

El Decreto 1/2008, de 17 de enero de la Comunidad de Madrid, es coherente con lo establecido previamente por el Reglamento Técnico de Desarrollo en Materia de Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas, que contó con el beneplácito de las asociaciones de personas con discapacidad.

El Consejo de Estado emitió un dictamen favorable en relación con la modificación del Reglamento de Viajeros de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, que permite que los niños menores de tres años viajen en los autobuses, en coches, sillas o carritos desplegados.

Lo cual no podía ser de otra forma, toda vez que, lejos de vulnerar ningún derecho, la citada modificación reglamentaria no ha hecho otra cosa que reconocer, expresamente, el derecho de acceso al transporte público a aquellas personas que viajan con niños sentados en cochecitos, que tienen la condición de viajeros con movilidad reducida, al igual que los usuarios de sillas de ruedas, de conformidad con lo dispuesto en la Directiva 2001/85/CEE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de noviembre, relativa a las disposiciones especiales aplicables a los vehículos utilizados para el transporte de viajeros con más de ocho plazas además del asiento del conductor, y por la que se modifican las Directivas 70/156/CEE y 97/27CE.

En esta ocasión me he decidido a escribirles una reclamación de nuevo dado el perjuicio que la situación denunciada provoca a mi estado de salud, a fin de que reflexionen seriamente a cerca de si es lógica esta situación que no solo padezco yo, sino también muchísimas personas discapacitadas y que nos está generando a todo el colectivo una privación de derechos humanos fundamentales y “grave discriminación social”.

A menudo, las personas con discapacidad soportamos además las malas caras y los malos gestos de muchas de estas personas que portan cochecitos de bebe y “se niegan a cerrarlo” y que incluso cuando ya viajamos en el autobús con nuestra silla de ruedas y se exige a estas personas con cochecitos para poder subir que lo plieguen (porque ya viaja en la plaza una persona con silla de ruedas) nos hacen gestos de desaire dentro del mismo autobús.

Portadores de cochecitos de bebe, me han llegado a decir cuando les he pedido su voluntad de cerrar el cochecito para no quedarme en la parada esperando:

- “Que si no puedo subir, pues que me busque la vida” ya que “ellos tienen derecho a viajar con el cochecito desplegado”.

En definitiva una grandísima falta de solidaridad, de educación ciudadana y de derechos humanos para las personas con silla de ruedas es lo que está generando este reglamento tal y como se está aplicando en la Comunidad de Madrid por el Consorcio Regional de Transportes y concretamente por EMT.

Por otro lado, a falta de otras alternativas de transporte para las personas en mi situación; me gustaría que reflexionen sobre ¿Cómo una persona en mi situación puede depender de EMT para desplazarse cada día a un puesto de trabajo, a un centro de formación, etc..? sin terminar padeciendo una complicación de salud, un total agotamiento o cuando no una crisis de ansiedad…

¿Es humano todo esto?
¿Corresponde a un buen modelo de sociedad?
¿Puede llamarse a todo esto evolución, progreso, bienestar social?

Y finalmente quiero rogarles que no dejen esta problemática aparcada en su departamento de atención al cliente o en la misma gerencia de EMT, sino que lo transmitan a la Concejalía de Transportes y Movilidad del Consistorio, al mismo Gabinete del Alcalde, al Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid y al mismo Consejo de Estado por ser el primer órgano que dio el visto bueno a todo este asunto, para que allí puedan ser conocedores de esta problemática.

Sin otro particular, ruego se sirvan atender esta reclamación:

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT Madrid.

 

RECLAMACION 7. (continuación).
28 DE DICIEMBRE DE 2010

Acuso recibo de la respuesta a la reclamación que remití a su departamento el 1 y 5 de diciembre de 2010. He de puntualizar que en mi reclamación no efectué ninguna queja relativa a fallo de rampas tal y como hace referencia su comentario: "...se han comprobado los datos relativos al citado día, en la línea referenciada, no registrándose avería por rampa en los vehículos que componen su dotación."

Resumo los datos que aporté en mi queja:

- Autobús número 4076 = No me permitió el acceso alegando que llevaba muchos viajeros, como bien indican Vds.
- Autobús número 6287 = No me permitió el acceso por llevar un cochecito de bebe desplegado en el espacio habilitado para PMR. (Del cual no se hace mención en la respuesta).

Por otro lado, entiendo cuanto me expone respecto a que EMT debe de cumplir el Decreto fijado por la Comunidad de Madrid. No obstante, por mi parte solo puedo decirle que debido al problema que he expuesto en reiteradas ocasiones; cada vez que he de asistir al médico o a cualquier actividad primordial con hora fijada previamente y en una hora punta; he optado por solicitar un eurotaxi a fin de no padecer las largas esperas en las paradas soportando bajas temperaturas, porque constantemente en los autobuses se me deniega el acceso a consecuencia de que los numerosos portadores/portadoras de cochecitos de bebe "no quieren plegarlo" para facilitarme el viaje, añadiendo además la saturación propia de algunos otros autobuses y algún que otro fallo ocasional de alguna rampa que tampoco me posibilitan el acceso.

Y todo ello implica para mi un serio perjuicio, en primer lugar derivado del desembolso económico puesto que los eurotaxis son vehículos "con un precio muy elevado" y en segundo lugar por la repercusión que todo ello tiene en mi vida diaria y desarrollo social, cultural, formativo.., puesto que en tales condiciones ni siquiera puedo plantearme el uso de este transporte para cualquier actividad periódica como pueda ser asistir a un centro formativo, y aún menos un centro laboral (lo cual es ya inimaginable), quedando relegado a actividades formativas a distancia y poco mas.

Las negativas de acceso son tan frecuentes y desagradables por parte de conductores, de viajeros con cochecitos de niño.., que me dejan una sensación de "exclusión" de "mal trato social" que puedo decirles que incide desfavorablemente en mi estado de animo, en mi autoestima, en mi estado emocional.., al igual que en el de cualquier otra persona que lo padece, que a menudo no dan ganas de insistir…

Y lamentablemente en mi distrito ni siquiera cuento con una línea de Metro como alternativa para llegar a otros puntos de la ciudad, puesto que la nueva Línea 11 de Metro (única en mi distrito) culmina en la estación de Elíptica (situada en el barrio próximo de Usera, a tan solo cuatro estaciones), donde tiene su interconexión con la Línea 6 de Metro, la cual me permitiría llegar a otras partes de la ciudad si no fuera porque no existe un ascensor en esa estación que comunique ambas líneas.

Así mismo, la línea 35 de EMT que particularmente me afecta, y la cual culmina en un centro comercial (Isla Azul) y pasa por otro (Hipercor Vista Alegre) y “siempre va saturada de personas con cochecitos de niño”, “repleta de viajeros en todo momento” y muy a menudo “descoordinada” puesto que a veces pasan dos autobuses juntos y otras pueden llegar a tardar mas de 15 y 20 minutos, siendo aún mayores las esperas los fines de semana: “en contadas ocasiones he tenido ocasión de observar la existencia de alguno de los nuevos autobuses de doble espacio” y aún menos de viajar en ellos, a excepción de la línea N-17 que hace similar trayecto pero en horario “nocturno” y que paradójicamente cuenta con casi todos los autobuses de doble espacio.

Por todo, a consecuencia de ver negado mi acceso a los autobuses por la abundancia de viajeros con “cochecitos de niño” que no ponen voluntad en plegarlo, desde antes del pasado verano estoy prescindiendo del uso de este transporte público en todo lo posible, desplazándome en el mismo lo justamente imprescindible y para las cosas estrictamente necesarias. A menudo optando por realizar grandes caminatas con mi silla de ruedas de mas de 30 y 40 minutos para llegar a mi destino, como opción a quedarme esperando en las paradas largos espacios de tiempo padeciendo las constantes negativas de acceso y a menudo incluso la viveza de alguna persona con el cochecito de niño, maleta u otros enseres que cuando ven a una persona en silla, tratan disimuladamente con viveza de adelantarse y entrar primero.

Los viajeros con silla de ruedas padecemos una situación derivada de todo esto, como nunca años atrás hemos padecido desde que se instalaron los primeros autobuses de piso bajo en la ciudad.

Créame si le digo que me gustaría darle mejores noticias y encontrar una mañana que toda esta pesadilla que venimos padeciendo desde el 2008 y que se ha agravado notoriamente en el ultimo año, generando una gran barrera social para el colectivo, fue solo eso "una pesadilla".

Pero la realidad de cada día se empeña en demostrar que el problema sigue estando ahí para nosotros. Un problema que no le ocurre ni padece ningún ciudadano con esta virulencia, "ninguno", incluidos los que portan cochecitos de bebe, puesto que siempre tienen la opción de "plegarlos" si desean subir cuando no les es posible hacerlo con ellos desplegados.., y en definitiva no padecen una limitación física de movilidad y pueden subir y bajar de cualquier lugar.

Para concluir quisiera preguntarle:

1- ¿Porque los nuevos autobuses de EMT con doble espacio para PMR no poseen “dos respaldos” para posibilitar el viaje de dos personas con silla de ruedas? y en cambio si posibilitan viajar a dos cochecitos de niño desplegados.

2- ¿Porque cuando el doble espacio para PMR va ocupado por dos cochecitos de niño desplegados, no se permite acceder a una persona con silla de ruedas que requiere viajar y está esperando en una parada? a pesar de que adicionalmente existe una sillita para niño dotada de un espacio para instalar un cochecito plegado. Una situación que también me ha ocurrido.

¿No observa en todo ello una exclusión, o cuando menos una desventaja para los viajeros en silla de ruedas?

Me consta que en su mano no está cambiar estas cosas, pero ¿No puede plantear el problema a otros estamentos superiores del Consistorio, ó al Consorcio Regional de Transportes de la CAM, etc.., en cuya mano tal vez si está cambiar todo esto?

Me gustaría pedir a los Reyes Magos que visitan Madrid cada 6 de enero: "Humanidad y Solidaridad" no solo mediante campañas de concienciación y sensibilización "que poco efecto hacen a los ciudadanos que son faltos de civismo, educación y respeto", sino "Humanidad y Solidaridad" en las legislaciones, porque buena falta hace para la buena salud de un Estado de Derecho en el que prevalezca de verdad la Igualdad y no discriminación "también para las minorías mas vulnerables que precisan de un especial amparo y protección para no quedar excluidos".

Reciba un saludo y mi deseo de Felices Fiestas en estas fechas tan entrañables, propicias para la reflexión sobre estas cuestiones imprescindibles para una sociedad mas justa y mas humana.

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT "cuando me dejan subir".

 

RECLAMACION 8.
FECHA DEL INCIDENTE: 14 DE ABRIL DE 2011.

El jueves 14 de abril de 2011 a las 18.15 horas, me encontraba esperando el autobús de la LINEA 34 de EMT en la PARADA DE CABECERA Nº 74 situada en la Plaza de Cibeles, desde el momento en el que el anterior autobús se fue (al cual no me dio tiempo a subir).

Tras permanecer en la parada durante mas de diez minutos situado en el exterior de la marquesina y dejando al público que poco a poco fuera pasando delante de mi a fin de que el conductor del autobús al llegar pudiera visualizarme para sacarme la rampa fuera de la marquesina, ya que si lo hace frente a ella (en el lugar donde se sitúa el autobús para subir los viajeros) dadas las características de esa parada es complicado debido a la falta de espacio que queda para maniobrar con la silla de ruedas entre la rampa y el asiento de la marquesina (un elemento queda siempre frente al otro y no hay espacio).

Al llegar el AUTOBUS NUMERO 409 me hago visible, pero observo que el conductor no me mira y pasa delante hasta colocarse frente a la marquesina, por lo que me veo obligado a ir hasta la puerta delantera, pidiendo por favor a los viajeros que estaban esperando que me dejen pasar hasta dicha puerta entre la cola de público dentro de la angosta marquesina (lo cual me facilitan amablemente, e incluso una viajera se ofreció ella misma para decir al conductor que me sacara la rampa).

Una vez que llego hasta la referida puerta delantera para hablar con el conductor, le pido por favor que me abra la rampa, a lo cual me responde que no puedo subir porque ya ha subido a bordo una persona con un cochecito de niño que estaba antes.

Por mi parte, le expongo que ello es imposible porque llevo allí situado desde que se fue el anterior autobús (el cual no pude coger porque no me dio tiempo), dejando pasar uno a uno al público que iba formando la cola, y que no observé a ninguna persona con cochecito de niño, so pena que esa persona se infiltrase delante nada mas llegar el autobús o que tal vez se colocase en la cola sin darse cuenta de que yo también estaba esperando, aunque ciertamente me extraña mucho dadas las circunstancias.

Sea como fuere, el conductor insistió y me dijo que me hubiese puesto el primero en vez de estar atrás, a lo que le respondí que me pongo atrás "siempre" para que los conductores me vean bien y me extraigan la rampa antes de situarse frente a la angosta marquesina (es algo que hago habitualmente en esa parada dadas las condiciones de la misma).

Además he de resaltar que en cualquier parada con público en la que pretenda subir a un autobús, jamás puedo ponerme el primero entre el público, porque:

1º- Las personas con silla de ruedas entramos por la puerta posterior.
2º- Debemos siempre de hacernos visibles, porque si los conductores no nos ven, se van y no nos sacan la rampa y en ocasiones (según las paradas) ni se arriman al bordillo.

El conductor del autobús Nº 409 insiste en decirme que NO me saca la rampa. Por lo cual le ruego que me de una hoja de reclamación, pero también me responde que NO me da la hoja.

Insisto de nuevo en que me de la hoja y me responde que se la pida al próximo. Por lo cual le advertí que me diera la hoja de reclamación o de lo contrario iba a proceder a dar parte de ese comportamiento. A lo cual me respondió que no me la daba, cerrando acto seguido la puerta y marchándose.

Por todo, me ví obligado a pedir una hoja de reclamación al conductor del siguiente autobús LIBRO 0007451 / HOJA 00186273 para dar testimonio fehaciente ante EMT de mi espera y de mi viaje, explicando a dicho conductor la situación y el motivo por el que pedía la hoja, el cual accedió amablemente.

El motivo principal de mi reclamación es insistir nuevamente como ya he hecho en múltiples ocasiones a lo largo de mas de tres años, sobre los graves problemas de exclusión que como viajero con silla de ruedas vengo padeciendo en Madrid para poder acceder al autobús y desplazarme en dicho transporte (al igual que les ocurre a otras muchas personas en mis mismas circunstancias) al serme negado con suma frecuencia el acceso cuando viaja en el espacio habilitado para personas con movilidad reducida uno de los muchísimos pasajeros con cochecito de niño desplegado.

Si a la situación actual añadimos además comportamientos como el de este conductor de total desatención e incomprensión hacia mi dificultad de acceso a su vehículo y además negándome la hoja de reclamación (cosa que no es la primera vez que me ocurre) dificultando enormemente que pueda ejercer mi derecho y “deber” de exponer ante EMT los graves problemas que sufro en este medio de transporte y demostrando también un total desprecio y falta de respeto al viajero: Cualquier persona con sentido común puede entender que la situación de las personas con silla de ruedas en los autobuses es sumamente complicada.

Esta lamentable situación que padecemos en silencio las personas con silla de ruedas cuando tratamos de viajar, sufriendo la negación de uso de la plaza adaptada y el acceso al autobús (por lo que nos cuesta muchísimo esfuerzo poder llegar a cualquier lugar), y además padeciendo la desatención y el mal trato ocasional de algunos conductores que amparados en la desprotección que padecemos se permiten libremente realizarnos todo tipo de malos gestos y desprecio con total falta de comportamiento cívico, causándonos un terrible daño moral que en mas de una persona con discapacidad es causa mas que suficiente para desistir de utilizar estos transportes cuando menos, sino depresiones, etc.., y terminar quedándose encerrado en su domicilio.

Creo que la presente situación que padecemos el colectivo merece una profundísima reflexión por parte de EMT, de responsables municipales de los transportes públicos y del Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid.

No es lógico que se sucedan incesantemente estas barreras en un colectivo gravemente limitado por numerosos problemas de barreras de todo tipo y me atrevo a decir que en serio riesgo de exclusión, ni es lógico seguir mirando para otro lado sin enfrentar el problema y tratar de adoptar una solución razonable.

Lógico y de sentido común "a mi modo de ver" es que una persona con silla de ruedas (por su situación, a veces se trata incluso de personas con enfermedades complejas) nunca deba de quedarse en una parada sin poder subir a un autobús como consecuencia de la negativa de acceso porque en la plaza habilitada para "personas con movilidad reducida" viaja una persona con un cochecito de niño que “puede ser plegado ante una situación así”, con una bicicleta, con maletas, etc… Porque ninguna de esas otras personas padecen una limitación física de movilidad para ceder amable y cívicamente el sitio a la persona con silla de ruedas (que físicamente estamos en peor situación que ellos) plegando el cochecito de niño o "al menos" situándolo de lado en la plaza única para que viajemos ambos dado el grave problema de falta de espacio que existe.

P.D: Quiero aprovechar la ocasión para comentar la necesidad de mejorar el modo en el que los viajeros con silla de ruedas hemos de picar el billete, puesto que al entrar por la puerta posterior, nos vemos obligados a desplazarnos hasta la máquina que está junto al conductor, lo cual es imposible para nosotros cuando el autobús va lleno. Ello deriva en que siempre tenemos que buscar a alguna persona del público que nos haga el favor de ir a picar nuestro billete.

Así mismo, el pulsador de aviso de parada que tenemos en la plaza habilitada para PMR (excepto en los nuevos autobuses) carece de sonido ni iluminación que la persona con silla de ruedas pueda observar para cerciorarse que el conductor lo ha escuchado. Por lo que a menudo, pulsamos el botón y si no funciona el piloto de aviso que lleva el conductor, no se da cuenta y no nos extrae la rampa para bajar. Si en el momento de arrancar le indicamos que queríamos bajar, a veces termina recriminándonos y desmintiéndonos que "no hemos pulsado el botón", lo que es causa de no pocas discusiones en las que siempre somos los que hacemos mal las cosas, a no ser que algún viajero nos haya observado y así se lo haga ver al conductor.

Atentamente:
Usuario de silla de ruedas por enfermedad.
Viajero de EMT "cuando me dejan subir".

 

EXPERIENCIA:
(Publicada en Madrid-Diario, año 2008).
Carta de un conductor de autobús relatando una interesante experiencia con los cochecitos de bebe y las sillas de ruedas.

Me quedo sorprendido con el modo en que se ha aplicado esta nueva ley y lo mal que se ha modificado el reglamento de viajeros en los autobuses. Soy conductor del servicio urbano de EMT de Madrid y con frecuencia casi a diario sube a mi coche a las 8,15 de la mañana un niño de 12 años con silla de ruedas al que su madre lleva todos los días al colegio.

Pues bien; resulta de que a asa hora además de que los coches van al completo de viajeros y ya es difícil subir, desde que se ha aprobado este reglamento a esa hora hay un gran numero de padres y madres que suben con el carrito de bebe, muchos incluso mantienen discusiones porque quieren subir dos a la vez con los carritos abiertos y eso el reglamento no lo permite.

Cuando llego a la parada donde esta esperando el chico de la silla de ruedas con su madre muchas veces se da la circunstancia de que ya llevo en la plaza de minusválidos a un carrito de bebe.

Al principio le pedía yo mismo el favor al padre o la madre del bebe que cierre el carro para que pueda subir el chaval de la silla de ruedas y no dejarlo en la parada porque no me parece ni justo, porque además es casi seguro de que el otro coche de atrás va a venir con el mismo problema. Yo me enfado mucho cuando algunos padres y madres me dicen que no cierran el carrito.

Otras veces a la madre del chico de la silla también le han dicho lo mismo y se han liado en una bronca impresionante y desagradable que he tenido que apaciguar, pero con toda la razón de la madre del niño minusválido.

Así que, he tomado la decisión de que al chaval de la silla de ruedas no lo dejo en tierra y sube al coche "sea como sea", aún cuando ello va en contra del reglamento, porque si el padre o la madre del bebe no quiere cerrar el carro, coloco al chaval de la silla de ruedas en el pasillo para vergüenza del padre o la madre del bebe delante de todo el publico.

Por desgracia todo va en contra del reglamento y por tanto bajo mi responsabilidad porque yo en eso me la juego, pero lo hago por pura humanidad y por el coraje de que a un chaval de 12 años minusválido con una enfermedad otras personas poco respetuosas ni comprensivas hacia los mas débiles lo dejen en la parada a las 8,30 de la mañana un invierno pasando frío sin saber a que hora podrá coger otro autobús que lleve la plaza de minusválidos libre. Y sin saber si podrá llegar a su hora a su colegio.

Y es que en un país donde no hay educación, no se pueden sacar las leyes de esa manera, sin aclarar que los mas débiles e impedidos han de tener prioridad, porque si nadie les protege, la demás gente sencillamente les pisa.

Conductor de autobús urbano.
Madrid Diario 2008.

 

EXPERIENCIA:
(Publicada en Diario 20 Minutos Madrid, año 2010).
Un discapacitado pide a la EMT que habilite dos plazas para poder viajar en autobús.

Un discapacitado de Madrid, está "harto" de no poder ir en bus porque su sitio siempre está ocupado por un carrito de bebé. Se ha dirigido al Consorcio de Transportes para reclamar que los autobuses tengan dos plazas para personas con movilidad reducida.

Este vecino de Madrid, de 40 años y delineante de profesión, lleva casi dos años llamando a todas las puertas y exponiendo su caso ante el Consorcio de Transportes, el Defensor del Pueblo y el Ayuntamiento de Madrid. A todos ellos sólo les pide una cosa: "Que los vehículos de la EMT tengan dos plazas para personas con movilidad reducida. Y si no es posible, que al menos sea la persona con una discapacidad quien tenga prioridad para ocupar el puesto".

"Me he encontrado con mamás que se niegan a cerrar el carrito porque dicen que tienen derecho. ¿Y es que yo no lo tengo?", se pregunta ya "harto". Desde la EMT aseguran que están haciendo todo lo posible para cubrir las necesidades de las personas con movilidad reducida y que casi 300 de los 1.090 coches de la flota ya cuentan con doble plataforma, es decir, con dos plazas. Eso permite que puedan viajar al mismo tiempo un discapacitado y una mamá con su carrito.

Los discapacitados critican que la normativa no señale quién tiene preferencia para ocupar la plaza en caso de coincidir.

Además, desde la empresa pública confían en que los viajeros apliquen el sentido común para no dejar a nadie en tierra y que, siempre que sea posible y en condiciones de seguridad, las mamás faciliten la subida a bordo de las sillas de ruedas. Una opinión que comparten en Famma, la Federación de Discapacitados, donde celebran el avance realizado para que este colectivo pueda usar cada vez más el transporte público.

La polémica del carrito plegado.

La pesadilla de muchas mamás acabó el 1 de enero de 2007. A partir de ese día, y gracias a un decreto del Consorcio Regional de Transportes, los carritos de bebé pueden subir desplegados al autobús. Hasta entonces era necesario plegarlo antes de acceder. Pero con el decreto llegó también la polémica. Muchos discapacitados critican que la normativa no señale quién tiene preferencia para ocupar la plaza en caso de coincidir y los iguale a los carritos. El Consorcio dice que lo hizo así para evitar "discriminar" a nadie.

Viajero con silla de ruedas, usuario de EMT.
Diario 20 Minutos Madrid, año 2010.

 

Enlaces de interés referidos a esta problemática:

 

1 - Leer artículo publicado en prensa sobre el problema en 2010.
www.20minutos.es/noticia/666417

 

2 - Leer artículo publicado en prensa sobre el problema en 2008.
www.madridiario.es/2008/Febrero/cartadirector/60756/carros-de-bebe-sillas-de-ruedas-conductor.html

 

Problemática surgida en las grandes ciudades y propuesta para su solución.
Documento elaborado por Proyecto Social Pedagógico Abedul.
www.proyectoabedul.es/carritosbebe-autobuses