Artículos y opiniones sobre discapacidad. Proyecto Abedul.

Necesidad de un espacio mínimo de independencia para el desarrollo social y personal de las personas que padecen grandes discapacidades físicas.

La necesidad de un espacio mínimo de independencia para el desarrollo personal y social, es algo muy importante y necesario para las personas con gran discapacidad, al igual que lo es para cualquier otra persona. Si es habitual la abundancia de barreras arquitectónicas que dificultan e impiden nuestra movilidad diaria, aún son mayores la cantidad de barreras sociales y culturales que la sociedad nos plantea cuando tratamos de encontrar un pequeño espacio para tener una vida independiente, o aún mas pequeño para desarrollar al menos nuestras actividades personales y sociales en un ambiente de independencia y privacidad.

La falta de privacidad e intimidad personal en las personas con discapacidad, surge cuando residimos en un núcleo familiar del que somos dependientes (vivienda de hermanos, tíos...), y dicho espacio posee reducidas dimensiones o carece de circunstancias para nuestro desarrollo personal y ocupacional.

Ante tal situación, nos vemos imposibilitados para mantener relaciones sociales con otras personas de nuestra misma edad, opinión, aficiones.., no solo en nuestro entorno, sino también fuera del mismo. Imposibilitados para desarrollar una actividad ocupacional personal, por ejemplo de tipo laboral "enfocada al teletrabajo" en un espacio idóneo, imposibilitados para mantener relaciones sociales con otras personas, e incluso iniciar y consolidar una relación de pareja o noviazgo en otro lugar mas idóneo a un cine, una cafetería, un parque... Recordemos que mas de un ochenta por ciento de las viviendas actuales de nuestro país, son inaccesibles para personas con silla de ruedas, con la excepción de las mas modernas, construidas hace muy pocos años. Lo cual hace que no podamos visitar a casi nadie, únicamente ser visitados "cuando tenemos un lugar apropiado donde recibir a los demás".

Por ello, es muy necesario para nosotros ante tales casos; un espacio mínimo de al menos 35 m2, en el que podamos sentir privacidad e independencia para nuestras relaciones sociales y ocupacionales, algo fundamental para el desarrollo de la personalidad y estabilidad emocional de cualquier persona. Para muchos de nosotros, en la actualidad todo ello no está garantizado cuando carecemos de una economía holgada, y aún mucho menos cuando residimos en una gran ciudad, donde los precios de la edificación, incluso tratándose de espacios mínimos; son desorbitados e inalcanzables.

Algunos familiares y personas que conviven con quienes padecemos una discapacidad, son conscientes de este problema y tratan de ayudarnos de forma práctica a nivel particular, siempre que existan recursos económicos. Pero esto no es posible en otros muchos casos, siendo entonces una meta inalcanzable si no hay un apoyo externo mediante programas sociales.

Sufrimos por todo ello numerosas personas con gran discapacidad la carencia de un derecho básico que cualquier otra persona sin discapacidad si tiene a su alcance. Hasta el momento nadie ha reparado en garantizar «nuestro desarrollo personal en un espacio mínimo de independencia».

Esta necesidad tan elemental, aún no es fácil de asimilar para la sociedad o la política, ya que los años transcurren y no se ven mejoras palpables. Las posibles soluciones deben de pasar por el desarrollo de novedosas políticas sociales que tengan en cuenta estas necesidades. ¿Que menos puede pedir una persona con gran discapacidad que 35 m2 de privacidad?

De igual modo que ya es una realidad en algunos países avanzados de Europa y de otros continentes, también aquí necesitamos un gran cambio social que realmente sea palpable para los afectados. Para ello, es fundamental que los políticos escuchen y traten de comprender a quienes padecemos una gran discapacidad y carecemos de recursos. Afrontando con seriedad dichas cuestiones, porque son unas necesidades mínimas, "tan mínimas" que no se nos deberían continuar negando.

 

Enrique González Blanco.
Diciembre de 2006. (Actualizado en 2011).
Proyecto Abedul.