Artículos y opiniones sobre discapacidad. Proyecto Abedul.
Autobuses urbanos e interurbanos.
Rampas y elevadores para personas con silla de ruedas
"que no funcionan".
Experiencias y soluciones para mejorar.
En numerosos lugares,
aún existen empresas de autobuses urbanos e interurbanos dedicados al transporte público,
las cuales, a pesar de que ya cuentan con toda su flota accesible para personas con silla de ruedas;
tienen los sistemas de elevación o rampa "inoperativos" en la mayoría de sus autobuses, a consecuencia
de una falta de conservación y mantenimiento de los mismos. De modo que cuando una persona
con silla de ruedas precisa utilizarlos "nunca funcionan".
Todo ello pone en evidencia una escasa preocupación y ausencia de conciencia social y responsabilidad en este sentido
por parte de la dirección de dichas empresas para que estos sistemas estén en perfecto estado.
El compromiso de que los sistemas de acceso para PMR en los autobuses funcionen correctamente,
además de ser un deber de las mismas empresas (que son las responsables directas), es algo que también
debe de preocupar a las administraciones públicas de las comunidades autónomas y/o municipios
que tienen competencia en materia de transporte público.
Dichas administraciones, deben de preocuparse
por verificar que todo ello funciona adecuadamente y con la debida calidad,
tomando las medidas oportunas en caso contrario.
Así mismo, el buen funcionamiento de dichos sistemas, también debe de preocupar a las Inspecciones
Técnicas de Vehículos ITV, quienes no deberían de autorizar la prestación de servicio público
a un solo autobús cuyo elevador o rampa no se encuentre en perfecto estado de conservación
y uso en el momento de la inspección, hasta ser reparado y verificado su buen funcionamiento.
Si bien es cierto que éstas deficiencias suelen darse con mas asiduidad en empresas privadas de autobuses
que en empresas públicas, que casi siempre son mas "ejemplares" en la conservación, mantenimiento y buen estado
de estos sistemas de acceso en toda su flota, porque dedican mas inversión y personal para ello;
también es cierto que en determinadas comunidades autónomas en las que ya sea por la alta concienciación
de las empresas o por las estrictas normativas de su correspondiente administración;
existen empresas privadas de autobuses que cuentan con un excelente mantenimiento
y conservación de sus rampas y elevadores.
Como usuario de silla de ruedas y viajero de transportes públicos, a menudo me he encontrado en circunstancias
en las que he tratado de viajar en un autobús cuyo sistema de acceso estaba totalmente inoperativo,
y el conductor me expuso la típica justificación:
- ¡es que como casi nunca se usan...! -
He de decir al respecto; que tal argumento no es una justificación coherente, pues tampoco nunca se utiliza
un extintor y sabemos que el autobús "siempre" tiene que llevar uno en perfecto estado,
y cada cierto tiempo pasa su revisión y se le sustituye, de modo que si ante una emergencia
se le precisa utilizar "funcione". Pues con las rampas y elevadores
debe de ocurrir exactamente igual: las empresas deben de responsabilizarse en revisar y mantener estos sistemas
periódicamente, y de tener personal cualificado dedicado a ello. Debiendo de extraerlas y comprobarlas
en cada autobús, como mínimo una vez por semana. Y si tal cosa no se hace, y estos sistemas terminan estando "inoperativos"; las inspecciones de las
administraciones públicas competentes y las ITV deben de intervenir para garantizar todo ello, tomando las medidas
oportunas a fin de garantizar la inmediata reparación y funcionamiento de dichos sistemas.
Pero si tales medidas tampoco se toman y finalmente a nadie importan estos problemas, las cosas seguirán como están en las ciudades
y comunidades donde todo ello está mal. Y lamentablemente, hay lugares en los que estas situaciones "están muy mal".
Los conductores por su parte, no deben de demostrar complicidad cuando los autobuses
no cuentan con un buen mantenimiento de estos sistemas. No deben de evadirse disimuladamente de la persona
con silla de ruedas que está en una parada esperando, sino que deben de "facilitarle una hoja de reclamación"
y del mismo modo, realizar una comunicación interna a la empresa para poner en su conocimiento
que una persona con discapacidad no pudo subir a su autobús porque la rampa o elevador no funciona.
Flaco favor se hacen a si mismos, a sus compañeros, a las personas con discapacidad y a la misma sociedad en su conjunto;
aquellos conductores que cuando ven que en una parada hay una persona con silla de ruedas o que se aproxima
con la intención de coger el autobús, se limitan a arrancar corriendo para escapar del problema de forma disimulada, "a sabiendas de que su rampa o elevador no funciona".
Por el contrario, ejemplares son aquellos otros conductores que hacen siempre lo posible para que la persona
con discapacidad no se quede tirada en la parada, y que con independencia de que dicha persona haga o no una reclamación,
realizan una comunicación interna a la empresa, exponiendo que el sistema de elevación de su autobús
"no funciona" y por ello, una persona con silla de ruedas se quedó en una parada sin poder subir.
"Tal cosa, es poseer sentido de la responsabilidad en el trabajo".
Vivimos en un país de Europa que desde hace años ha asumido ciertas responsabilidades y compromisos
en materia de transporte público y accesibilidad. Compromisos contemplados en diversas legislaciones
europeas, como la Directiva 2001/85/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de noviembre de 2001.
Directiva 2001/85/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de noviembre de 2001.
(C.E).
Relativa a las disposiciones especiales aplicables a los vehículos utilizados para el transporte de
viajeros con más de ocho plazas además del asiento del conductor, y por la que se modifican las
Directivas 70/156/CEE y 97/27/CE.
Quiero apelar ante todo a la responsabilidad y compromiso por parte de las empresas
de autobuses "públicas" y "privadas", para que todas ellas realicen un correcto y constante mantenimiento
de los sistemas de acceso para las personas con silla de ruedas en todos sus autobuses, y busquen el modo de adquirir
"modelos y sistemas de acceso para PMR que sean prácticos y sencillos de mantener", para que siempre puedan estar
en perfecto estado de uso y brindar un buen servicio con un mínimo de problemas.
Sirvan de ejemplo algunos
nuevos sistemas de acceso para PMR que están aplicando algunas empresas en sus nuevos autobuses,
consistentes en la instalación de una rampa manual y otra automática. De modo que si en algún momento
queda inoperativa la rampa automática, el conductor tiene la opción de utilizar la rampa auxiliar
de accionamiento manual para que la persona con silla de ruedas pueda subir o bajar,
y de este modo no se quede nunca en una parada esperando.
Así mismo hago un llamamiento a la responsabilidad y compromiso en este sentido por parte de las administraciones
públicas competentes en la materia, quienes deben de asegurarse y verificar que estos sistemas mecánicos
funcionan correctamente en todas las empresas de autobuses bajo su competencia territorial. También hago un
llamamiento a la responsabilidad de las Inspecciones Técnicas de Vehículos ITV,
para que revisen con detalle, insistencia y mayor preocupación, el estado de estos sistemas de acceso
en cada uno de los autobuses, así como también los sistemas de fijación y anclaje de las sillas de ruedas
en las plazas para PMR. De modo que en los casos en los que no se encuentre todo ello en buen estado,
se exija a la empresa su inmediata su reparación.
Deseo que este escrito contribuya a la concienciación necesaria para que
estas situaciones y problemáticas dejen de suceder allá donde siguen existiendo.
Enrique González Blanco.
Proyecto social pedagógico Abedul. Julio de 2012.