Artículos y opiniones sobre discapacidad. Proyecto Abedul.

La atención domiciliaria a los grandes discapacitados y enfermos neuromusculares.
Por María Ramos Miranda. Trabajadora social y Gerente de ASEM Catalunya.

 
La atención domiciliaria es un tema estrella por lo que respecta a las políticas sociales. Pero.., ¿qué entendemos por atención domiciliaria? Esta es la gran cuestión.

En la atención domiciliaria coexisten dos grandes ramas: la sanitaria y la social.

La atención domiciliaria sanitaria:
Se pone en marcha con la reforma sanitaria de finales de los años 80. En Cataluña se crean los equipos multidisciplinarios del PADES, con una preparación especial y la atención domiciliaria ambulatoria.

Hay que decir que el PADES adquiere un gran prestigio por la calidad de sus intervenciones. Sin embargo, la atención domiciliaria ambulatoria, no goza del mismo prestigio. Su funcionamiento depende de la voluntad de los profesionales.

También deberemos incluir la fisioterapia domiciliaria, que su gran déficit radica en la escasez del número sesiones y las trabas burocráticas a la hora de la solicitud.

La atención domiciliaria social:
Es impulsada por los primeros ayuntamientos democráticos a principios de los 80. Estos ayuntamientos mostraron una firme voluntad política de potenciación de la atención domiciliaria, servicio que pretendía acercar los servicios sociales a los ciudadanos y sobre todo la voluntad política basada en que desde los servicios públicos se debía ayudar a los ciudadanos.

Durante la década de los 80 a los 90, se produjo un claro desarrollo de los servicios de atención domiciliaria social, con profesionales motivados y una gran inquietud por hacer un verdadero trabajo social.

Es a partir de los años 90 cuando comienza a producirse una paulatina precarización, una involución en toda regla de lo que se refiere a la calidad de los servicios.

La voluntad política ya no se rige por facilitar atención a los ciudadanos, sino que procura la rentabilidad económica. Se deja de invertir en el desarrollo de los servicios sociales y por lo que se refiere a la atención domiciliaria, se comienza a externalizar la gestión como fórmula para abaratar costes.

En la actualidad, volvemos a escuchar sobre la importancia de la atención domiciliaria. Todos los partidos políticos sin excepción apuestan en sus discursos por el incremento de estos servicios.

Todas las instituciones implicadas en los servicios sociales hacen estudios sobre el modelo de atención domiciliaria y todos concluyen en que en el futuro los servicios de atención domiciliaria sufrirán un gran desarrollo, entre otras causas por el aumento del número de personas con algún grado de dependencia.

 
En la actualidad, el estado de la atención domiciliaria es el siguiente:
Enfocado a Cataluña, aunque en líneas generales el problema es muy similar en otros lugares.

En primer lugar, he de mencionar que en nuestro país los servicios sociales no son un derecho de los ciudadanos, como lo es la enseñanza o la sanidad.

La asignatura pendiente es conseguir que los servicios sociales adquieran el status de derecho. Solo así garantizaremos la calidad de atención a los ciudadanos con necesidades especiales. Sin embargo, todas las autonomías tienen su propia ley de servicios sociales y todas recogen que los servicios de atención domiciliaria son responsabilidad de los ayuntamientos.

A mi modo de ver, esto es fruto de una no asunción de responsabilidad por parte de la administración competente.

1- Se está produciendo una importante precarización de los servicios, fruto de la no dotación de presupuestos suficientes.

2- Hay un aumento de la demanda y de la necesidad del servicio.

3- Lo absurdo de la situación es que ahora se está hablando de la atención domiciliaria como un nuevo yacimiento de empleo, cuando este servicio se viene prestando desde principios de los 80.

El peligro está en que bajo este epígrafe, se está planteando que este servicio sea realizado por personas sin formación y con dificultades de inserción laboral, con el único objetivo de abaratar los costes.

- Al ser una profesión mayoritariamente desarrollada por mujeres, está sujeta a una importante discriminación en razón de género.

- En cuanto a la formación de los profesionales, es inadmisible que aún no exista una formación reglada que capacite a los profesionales para desempeñar la compleja tarea del cuidado de las personas.

Con este panorama, pienso que tenemos que asumir responsabilidades la administración, los profesionales y las personas atendidas. Sin olvidar que todas las personas, en algún u otro momento de nuestra vida; vamos a necesitar de los servicios de atención domiciliaria.

 
1.- Responsabilidad de la administración.

- Los ayuntamientos han de asumir la responsabilidad que les otorgan las leyes de servicios sociales, sin que sirva el hecho de que no tengan presupuesto. O asumen su responsabilidad con todas las consecuencias o sino que renuncien a esta competencia.

- Se hace urgente consensuar la definición de los servicios de atención a domicilio como un conjunto coordinado de actuaciones que se realizan preferentemente en el domicilio del usuario, enfocado a facilitar que la persona y su entorno familiar puedan conseguir el mayor grado de autonomía, autoestima e integración.

- El SAD como servicio de titularidad pública tiene que garantizar el derecho de todos los ciudadanos a ser atendidos, especialmente aquellos que por sus circunstancias personales, familiares y sociales etc. están más desprotegidos.

Los principios inspiradores o líneas estratégicas deben ser.

UNIVERSAL.
Implica el reconocimiento del SAD como derecho y al alcance de todos los ciudadanos.

INTEGRAL.
Implica que la atención que se presta debe tener presente los aspectos bio-psico-sociales. Es decir, la atención domiciliaria debe tener presentes aspectos internos y externos de las personas. Y, sobre todo, contemplar a la familia en su totalidad.

COBERTURA.
Es necesario aumentar los ratios de cobertura, estableciendo unos ratios profesional/ ciudadano, en relación directa con la población de un territorio. Y no dejarlo a la discrecionalidad o arbitrariedad de los diferentes ayuntamientos, generando agravios comparativos entre los ciudadanos de unos municipios y otros.

COMUNITARIO.
La atención domiciliaria tiene que abarcar el entorno social promoviendo la comunicación con el exterior, la solidaridad familiar, vecinal y también la solidaridad institucional.

TRABAJO EN EQUIPO.
Se hace indispensable el trabajo en equipo, porque nadie se puede atribuir la solución a los complejos problemas sociales, personales etc. que padecemos los ciudadanos. El trabajo en equipo ha de servir como garantía de un abordaje integral. Pero también como elemento de reflexión y aprendizaje para los profesionales.

RESPETO POR LA LIBERTAD INDIVIDUAL.
Reconocer en los ciudadanos atendidos el derecho de escoger tanto su proceso de ayuda, como el tratamiento social que se les propone.

 
2.- Responsabilidad de los profesionales.

La atención domiciliaria es un trabajo asistencial donde se produce una relación de ayuda. La responsabilidad de los profesionales recae en que han de ponerse a disposición del dolor emocional de las personas atendidas.

Ayudar significa promocionar, dar protagonismo, promover las potencialidades de cada persona para superar con éxito una situación. Ayudar no es hacer, sino hacer.., hacer.

Solo es posible ayudar al otro si nos acercamos a él con la actitud de aprender.

Cuidar significa hacerse cargo de los aspectos externos pero también internos de las personas.

Los profesionales, además de una buena formación han de tener actitudes como el respeto, la prudencia, la confidencialidad, la empatía, la capacidad de contención, de escucha, etc. Estas actitudes han de ser el Código ético de sus intervenciones.

 
En definitiva, los profesionales han de ser capaces de facilitar la vida y la convivencia diaria de la familia. Por tanto, la responsabilidad de los profesionales recae en:

- Exigencia de una preparación técnica que los capacite para desarrollar su trabajo con seguridad y eficiencia.

- Ser capaces de aceptar responsabilidades y tener iniciativa respetando siempre las peculiaridades de las familias.

- Tener habilidades técnicas para comprender las emociones, empatía para conectar con las personas atendidas.

- Entender a la persona y no centrarse en la dificultad.

 
3.- Responsabilidad de los usuarios.

Nosotros, como usuarios de estos servicios, también tenemos nuestra parte de responsabilidad en su funcionamiento, y hemos de exigir que la atención que recibimos sea de calidad y prestada por profesionales preparados.

Por lo que tenemos que exigir:

Respeto a la persona:
Necesitamos la ayuda de un tercero para las actividades de la vida diaria, pero conservamos intacto el derecho a decidir.

El derecho a ser considerados exclusivamente en cuanto a nuestra condición como personas, por encima de nuestras dificultades.

Atención integral a la familia:
No sólo es la persona con enfermedad neuromuscular la que necesita ayuda. La ayuda la necesita "toda la familia". Cada uno con sus propias particularidades. Todos necesitan ayuda y tienen el derecho a ser ayudados.

El apoyo familiar es importante, pero no podemos obviar que en ocasiones este apoyo no se produce. En estos casos, el profesional preparado ayudará a la familia a poder asumir la responsabilidad del cuidado de la persona dependiente.

 
Derechos básicos, que deberemos exigir:

· Derecho a la intimidad, a la dignidad, a la confidencialidad.
· Derecho a un trato personalizado.
· Derecho a unos cuidados de calidad, que van más allá de los cuidados materiales.
· Derecho a ser escuchado, cuidado, ayudado.
· Derecho a ser informado, a conocer el estado, las limitaciones y las posibilidades.
· Derecho a una atención integral.
· Derecho a ser atendidos por profesionales cualificados.

 
¿Y el futuro?. El futuro apunta a que la atención domiciliaria será socio-sanitaria, incluyendo toda la gama de servicios a domicilio que hoy se prestan desde diferentes niveles de la administración: Departamentos de Sanidad, de Servicios Sociales, Ayuntamientos, etc.

Se está produciendo un aumento considerable de la necesidad y demanda de la atención domiciliaria, por lo que es necesario:

· Redefinir el concepto de atención domiciliaria.
· Establecer criterios de calidad.
· Aumento de la cobertura asistencial.
· Formación de los profesionales.

Todo ello nos lleva a pensar que tal vez este servicio integral no pueda prestarse desde los ayuntamientos, porque no tienen la capacidad normativa ni presupuestaria para garantizar unos servicios de calidad. Disyuntiva que habrán de valorar los responsables políticos.

 
A mi modo de ver,
se prevén dos posibles salidas:

1- Coordinación de los cuidados paliativos, fisioterapia, ayuda a domicilio etc.., Mediante la figura de un "gestor de casos" que coordine y asigne los servicios necesarios a cada caso, previo estudio individualizado, con un único plan de trabajo, que seguirán todos los actores implicados.

La dificultad de esta fórmula radica en que al coexistir servicios de diferentes competencias habrá que determinar quien asumirá la gestión del caso, como repercutirá la aportación presupuestaria en las diferentes administraciones, etc.

2- La Ley de Dependencia: Esta ley viene a garantizar la atención domiciliaria a las personas con dependencia y deberá de ser a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y de la Seguridad Social.

 
Por todo ello hemos de iniciar una campaña de reivindicación de los servicios de atención a domicilio: Universal, Integrador, Globalizador. Con una cobertura en función de las necesidades de los ciudadanos y no en función del presupuesto disponible. Unos servicios prestados por profesionales formados en el arte de la atención a las personas.

 

La atención directa.

Cuando la Asociación de Trabajadoras Familiares me pidió que preparara esta ponencia, me produjo sentimientos ambivalentes. Por un lado, satisfacción por que me permitía exponer ante un auditorio diverso las reflexiones y convencimientos que he ido realizando a lo largo de mi experiencia como Trabajadora Familiar. Durante esa época intente reflexionar sobre la práctica e interrelacionarla con la teoría y así buscar un marco teórico de la práctica profesional de la trabajadora familiar.

Pero por otro lado, me produjo tristeza, cansancio. Porque el colectivo de trabajadoras familiares, desde los años 80 viene intentando ocupar un lugar en el panorama de los servicios sociales. Y no solo no lo ha logrado, sino que ha ido perdiendo espacio.

Se ha ido produciendo una paulatina precarización de la profesión. Se ha producido una mimetización de la situación de exclusión que padecen nuestros usuarios y la exclusión a la que han sido abocadas las trabajadoras familiares.

En primer lugar me gustaría definir cual debe ser el perfil profesional de la trabajadora familiar: La tarea asistencial es una tarea compleja porque implica estar en contacto casi permanente con el dolor del otro. Es por ello por lo que las personas que se dediquen a esta tarea, han de ser capaces de soportar el dolor emocional, ser tolerantes con los usuarios, capaces de aguantar las presiones tanto de las entidades contratantes, como de los usuarios. Por tanto es necesaria una formación básica y un contexto (equipo) adecuado, para poder realizar la tarea.

 

¿Cual es el modelo de intervención de las trabajadoras familiares?

Decididamente es un modelo asistencial, aunque creo que durante años hemos ido pervirtiendo el término, llegando a denominar asistencial a una práctica asistencialista que ha ido instaurándose como la práctica habitual.

- El modelo asistencial establece una relación terapéutica.
- El modelo asistencialista, legitima el maltrato institucional.

Deberíamos alertarnos, porque tal vez el modelo que estamos aplicando en nuestros lugares de trabajo, sea claramente el modelo asistencialista...

Definiré a continuación que es el modelo asistencial y cuales son sus valores. Y que es el modelo asistencialista y cuales son sus valores.

El modelo asistencial:

- Su encuadre ideológico es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
- Establece una relación terapéutica.
- Considera al individuo como sujeto de atención.
- Se pone el acento en la promoción del sujeto. Su problema aunque lo vive a nivel personal, es un problema social. Su función es la contención, entendida esta como aquella capacidad del profesional de hacerse cargo de la angustia, para devolverla mas elaborada... y por tanto ayuda al individuo a crecer.

El modelo asistencial, su rol, es de Madre = recipiente (función de maternaje, que no esta relacionada con una cuestión de género), se hace cargo del dolor emocional: Entiendo tu sufrimiento, y te ayudare a sobrellevarlo. “Tu vales”.- “Tu puedes”.

- Muestra otra forma de hacer, abre horizontes.
- El individuo, decide sobre su proceso de cambio.
- La trabajadora familiar adecua el plan de intervención a las necesidades del individuo.

 
El modelo asistencialista:

- Legítima el maltrato institucional.
- Considera al individuo, como objeto de atención y receptor pasivo de unos cuidados fijados por otros.
- Se pone el acento en señalar la falta, su problema es personal y por tanto él es el responsable.
- Su función de contención es taponar y por tanto cronifica los casos.
- Su rol es de padre castigador y/o madre castradora: “te has portado mal y por eso la atención que recibes, también es punitiva”.
- Cambia hábitos, controla etc.
- Al individuo se le impone un plan de intervención.
- La trabajadora familiar ejecuta un plan de intervención.

De la aplicación de uno u otro modelo, somos directamente responsables los profesionales de la atención directa. Y no sirve decir que el modelo lo marca la institución, porque aun en el caso de que así fuera, la aplicación del mismo la hacemos los profesionales. Y no es válido aquello de “por obligación debida”. Esto lo dejamos para regímenes militaristas.

 
Hemos por tanto de reflexionar sobre el modelo que estamos aplicando en nuestra práctica profesional, porque de lo que se trata, no es de poner al individuo en su sitio, sino de ayudarle a encontrar su sitio.

El objetivo de la intervención profesional, de la tarea asistencial siempre es ayudar al individuo a encontrar su sitio.

Ayudar, no es simplemente hacer, sino hacer.., hacer. Esto implica, que siempre hemos de acercarnos al individuo con actitud de aprender. El individuo, nos enseñara a comprender su situación, lo que le pasa y por que le pasa.

El profesional habrá de estar atento a estos mensajes, para poder entender a la persona, y desde esta posición iniciar el proceso de ayuda. Proceso que en cada persona tendrá un ritmo y un tiempo.

No podemos obviar que la persona es la protagonista activa de su proceso, y su derecho a decidir y expresar acuerdo o desacuerdo con las intervenciones que se le proponen.

La atención a las personas debería de estar considerada como “una forma especial de hacer", como “El arte de Acercarse el otro para ayudarlo”.

 
Llegados a este punto, ¿que funciones han de asumir los trabajadores familiares? Evidentemente las funciones de contención, apoyo, sostén, aceptación.

Estas funciones facilitaran que se genere una interacción entre el asistente y el asistido que permitiría la tarea de ayuda o asistencia. Que no olvidemos, debe incluir aspectos del mundo interno y también del mundo externo.

Si la TAREA de las trabajadoras familiares es "cuidar" a las personas, me resulta difícil entender que cuando abordamos un plan de intervención, se mezclen una serie de actividades a realizar: Aseo y cuidado personal / limpieza del hogar / acompañamiento / control de dietas ...

Me da la sensación de que abordamos estas intervenciones de igual manera que hacen los mecánicos cuando le dejamos el coche: Cambiar frenos, revisar tubo de escape, control de niveles de aceite..,

Sinceramente no encuentro la diferencia en como hacemos el encargo.

¿Consideramos a la persona como sujeto o como objeto de atención?

Ahora bien, para desempeñar esta tarea de cuidadora, las trabajadoras familiares se han de dotar de unas técnicas que sin afán de limitarlas son:

Diálogos familiares estructurados:
Mediante el dialogo se puede incidir en la estructura familiar con el objetivo de intentar cambiarla. Esta técnica requiere de un alerta continua por parte del profesional. La dificultad radica en que las sesiones de atención suelen durar entre una o dos horas, en contacto directo con la persona atendida y en su propio domicilio. Mantener la relación asistencial, relación forzosamente asimétrica (no una relación jerarquizada). Hay una persona que necesita ayuda y otra que puede ayudarla.

Método empírico:
Es decir enseñar haciendo, a fin de facilitar que las personas atendidas puedan interiorizar otras formar de abordar las dificultades.

Acompañamientos:
Son un espacio que favorece una relación muy intensa, el acompañamiento va mas allá del acompañamiento físico, tienen una vertiente de acompañamiento psicológico. El objetivo de los acompañamientos es.
- Establecer y fortalecer la relación con la persona atendida.
- Ayudar a crecer y continuar el proceso de cambio, iniciado con la intervención profesional.

Observación:
Del entorno, del lenguaje no verbal, del tipo de relaciones familiares, sociales etc.

¿Y los límites cuales son?

De entrada, los limites, han de venir definidos por la capacidad del profesional para poder manejar la situación, la capacidad del profesional para comprender que situaciones puede trabajar y cuales no.

 
Por otro lado, entiendo que los profesionales que se dedican a la atención a las personas, deban de trabajar necesariamente vinculados a un equipo. El equipo les fijara los límites de las intervenciones, pero también las oportunidades. Hay ocasiones en que un profesional dedicado a la atención a las personas, por el tipo de relación que ha establecido con la persona atendida está en mejor situación para poder marcar determinados aspectos que el otro profesional a quien por el rol asignado por la institución le correspondería.

Esta oportunidad hay que aprovecharla. Tal vez los limites los deberíamos definir a partir de los derechos de las personas atendidas.

Derecho a la intimidad, a la dignidad, a la confidencialidad.
Derecho a un trato personalizado.
Derecho a unos cuidados de calidad, que van más allá de los cuidados materiales.
Derecho a decidir.
Derecho a ser escuchado, comprendido.
Derecho a una atención integral.
Derecho a ser atendido por profesionales preparados.

 
Trabajo en equipo y supervisión:
Evidentemente, el modelo asistencial solo es posible si se trabaja en equipo, entendido este como el grupo de profesionales que asumen el trabajo en equipo voluntariamente, que se implican, que participan, que ponen en común, que escuchan las ideas del otro. Que tienen el objetivo común de mejorar la atención de las personas atendidas y mantener viva en los profesionales la actitud de aprender.

Es imprescindible también el soporte de la supervisión como un espacio de compartir responsabilidades, para aprender, para fomentar la capacidad para entender, para aceptar la frustración, para reflexionar sobre la práctica, la teoría, los sentimientos, con el fin de reelaborar la teoría y la práctica.

Este trabajo interno, nos habilitara para poder conectar con las necesidades de la persona atendida.

Además, estoy plenamente convencida de que la supervisión es una medida eficaz de prevención de riesgos laborales. Este aspecto lo deberían de tener muy presentes los gestores de personal.

Invertir en supervisión, es disminuir los costos laborales. Envejecer satisfactoriamente es nuestro reto. Para ello necesitamos profesionales formados en el arte de atención a las personas.

 
Trabajadoras familiares y su supervivencia en un contexto de doble mensaje.

Cuando me enfrente al hecho de tener que hacer esta conferencia inaugural, pasaron por mi mente todo un conjunto de situaciones vividas a lo largo de mi experiencia profesional como trabajadora familiar. Una experiencia, que creo puede ser extrapolable a la historia de la profesión.

Previamente quisiera haceros partícipes de mis sentimientos.

De mi etapa como Trabajadora Familiar, decir, que me sigo sintiendo trabajadora familiar, que dedique a esta profesión los mejores años de mi vida, de los 28 a los 42, que debo a esta profesión lo que soy en la actualidad, tanto a nivel personal, como a nivel profesional.

Algunas personas, me habéis sentido repetir que para mí esta profesión ha sido una escuela de vida. Todo ello, me lleva a afirmar que me siento orgullosa de ser trabajadora familiar. Aunque esta experiencia, no ha sido un camino de rosas.

Reflexionando sobre las situaciones vividas, y relacionándolas con la situación actual, pensé, que tal vez, lo que ha venido sucediendo en la historia de las trabajadoras familiares es que nos hemos visto sometidas a un discurso de doble mensaje. Por un lado, todos los actores implicados en el tema: políticos, gestores, profesionales etc., sin excepción, proclaman a los 4 vientos la importancia de la ayuda a domicilio.

- Es un servicio que hay que potenciar y aumentar la cobertura del 2.50 % actual al 10%... Esta misma propuesta, ya fue aprobada por unanimidad en el Parlament, siendo Conseller el Sr. Comas.

 
Por otro lado, estamos viviendo un progresivo retroceso en las condiciones profesionales, y un reduccionismo, en el tipo de atención que se presta a los ciudadanos.

No todos tenemos en la cabeza el mismo modelo de atención a domicilio. Es posible, que esta falta de definición del modelo del servicio, también haya provocado la indefinición del perfil profesional de la trabajadora familiar.

Es habitual que se hable indistintamente de "Atención a Domicilio", "Servicio de Ayuda a Domicilio", "Trabajadora Familiar". Siempre pensé, que o bien había una confusión de términos, o si me dejaba llevar por la omnipotencia; las trabajadoras familiares eran profesionales tan competentes, que ellas por si solas definían un servicio.

Para poder describir gráficamente este desajuste en la comunicación, intentare hacer un recorrido por mi experiencia profesional, que pienso puede servirnos para analizar como nos posicionamos frente a la imagen simbólica que cada uno tenemos de ¿que es? una trabajadora familiar.

Una de las eternas reivindicaciones de las trabajadoras familiares es la integración en los equipos de atención primaria. Pero ¿está realmente la trabajadora familiar integrada en el equipo?

Pues, no lo sé. Según en que equipos la trabajadora familiar puede participar de las reuniones de equipo. Habéis oído bien, "puede". Es más un dejar hacer, que una verdadera participación. Estar integradas en los equipos, es participar de la actividad, de la vida, de los proyectos de estos equipos.

Seria interesante acceder a los archivos y reseguir las memorias anuales que desde los Servicios Sociales de primaria se presentan al Departament de Bienestar Social, y valorar de lo descrito en esas memorias; la integración o no de la trabajadora familiar a los equipos.

Para preparar esta conferencia, revise las memorias de varios años, durante los que “estaba “integrada en el equipo. Y en la línea del doble mensaje, se puede observar claramente que, en los apartados de composición del equipo y en la actividad formativa aparece la T.F como un componente más del equipo.

Pero…. Cuando se describen los proyectos grupales y comunitarios que se llevan a cabo desde el servicio y en los que participa de manera directa e intensa la T.F, no se recoge su participación. No obstante, en el apartado de la memoria, sobre la atención a domicilio o Apoyo directo a familias, es decir; la parte de la memoria referida a la atención a domicilio y que por voluntad expresa la realizaba como T.F, sí que hacia constar esa participación.

Era una manera de “camuflar” el trabajo grupal y el trabajo comunitario que realizaba la T.F. y que daba al trabajo individual una dimensión social e integradora. Recuerdo que para mi eran momentos de un estrés añadido. Por un lado no quería renunciar a que mi trabajo en las vertientes domiciliaria, grupal y comunitaria, no se reflejara en la memoria, pero por otro, no quería molestar a mis compañeros que me permitían participar de estos proyectos y estos (los compañeros) también querían ser prudentes, no fuera a ser que molestara la regidora o regidor de turno y lo que era peor, que desde el Departament de Benestar Social, nos retiraran el convenio por este motivo.

He de reconocer que fue una gran suerte poder desarrollar las funciones como trabajadora familiar a los niveles individual, grupal y comunitario. Era una manera de dar al trabajo domiciliario la dimensión global y normalizadora que posteriormente veremos y que es una de las reivindicaciones de las Trabajadora Familiares.

 
Así las cosas, en el año 92, en el artículo publicado en la revista CIFA de la Diputación de Barcelona, titulado "Los servicios de atención a domicilio" concluía:

La ayuda a domicilio es gestionada por la asistente Social como refleja la llei de serveis socials; (Llei de Serveis Socials del 85,) no obstante la dinámica de estos años ha venido a demostrar que para que la T.F. pueda realizar sus funciones satisfactoriamente, ha de estar integrada en los equipos y para que esta integración sea fructífera y efectiva, son necesarias dos condiciones:

A- Por un lado, una mejor preparación teórica que se conseguirá cuando exista una Escuela Oficial, con una enseñanza reglada y de calidad y por supuesto con un reciclaje continuado.

B- Por otro lado, la Reforma de la ley, ya que el encuadre que hace limita el crecimiento de la profesión. En esta reforma se debería contemplar la TF como un profesional más de los servicios sociales.

Es evidente que este profesional es un recurso, pero lo es de la Institución, al igual que lo son la Asistente Social y el Educador etc.., y como tal ha de tener ciertos grados de iniciativa y autonomía que le permitan adecuar “su saber” a las necesidades del usuario. De no producirse este trabajo dinámico no se está potenciando a la Persona, sino solo - Taponando la demanda.-

Públicamente en este artículo, pedía:

- La integración en los equipos.
- La formación reglada.
- La autonomía profesional.
- La atención integral.

La Llei 4/94 del 23 abril d’administració institucional, descentralización, desconcentración i de coordinación del sistema catalá de serveis socials, recoge que: la atención primaria, gestiona los servicios de atención domiciliaria.

El decret 284/96 del 23 de juliol de regulació del Sistema Català de Serveis Socials define: 1.2 Serveis d’ atencio domiciliaria: (Bajo este epígrafe se incluye el Serveis d’ajut a domicili y el serveis de teleasistencia, nos centraremos en la ayuda domiciliaria).

Modalitats:

a) Servei d’ajut a domicili:
Conjunt organitzat i coordinat d’actuacions que es realitzen a la llar de l’usuari, dirigidas a proporcionar atencions personals, atenció de carácter urgent, ajuda a la llar i suport social a aquellas persones o families amb situació de manca d’autonomia personal, dificultats de desemvolupament o amb problematiques familiars especials.

Aquests serveis podem formar part dels serveis basics d’atenció primaria o prestarse com a serveis independents.

 
Paradójicamente, la mayoría de ayuntamientos han optado por prestar estos servicios como servicios independientes. Servicios externalizados, para usar el lenguaje políticamente correcto.

En el 98, se intenta elaborar el reglamento marco de atención primaria. Y la Asociación de T.F, presentamos una serie de escenas, entre las que incluíamos:

 
Definición del SAD:

- Un servicio social que su objetivo general es facilitar que la persona afectada y su entorno puedan conseguir el mayor grado de autonomía, integración y autoestima.

- Un servicio de titularidad publica tiene que garantizar el derecho de todos los ciudadanos a ser atendidos, especialmente aquellos que por sus circunstancias personales, familiares etc. estén mas desprotegidos.

Principios inspiradores:

-Globalizador (Un abordaje bio-psico-social).
-Normalizador (Integrando el trabajo en el domicilio y en el entorno social).
-Universal. (Para todos los ciudadanos).
-Respeto a la persona. (ella es la protagonista de su proceso).

Hacíamos una aproximación al criterio de calidad.

Calidad del servicio mediante el establecimiento de ratios profesional/ciudadano.

Aportábamos un perfil profesional de la trabajadora familiar:

- Preparación técnica que la capacite para desarrollar el trabajo con seguridad y eficacia.
- Capacidad para de aceptar responsabilidades y tener iniciativa, ajustándose a los hábitos familiares y adaptándose rápidamente.
- Ha de saber separar las situaciones de emergencias o de dificultad de aquellas derivadas de la angustia del usuario.
- Habilidad técnica de conectar o empatizar con los usuarios.
- Capacidad para entender a la persona y no centrarse en la dificultad.
- No ha de imponer su forma de pensar, respetando la forma de pensar y creencias del otro.

Funciones:

- Preventivas.
- Socializadoras.
- Educativas.
- Asistenciales, (que no asistencialistas).

Debido a cambios en el Departament, esta propuesta de reglamento quedo “perdida” en los cajones de la Administración.

Las trabajadoras familiares siguen organizadas e insistiendo en la necesidad de una definición profesional y en la formación reglada.

23 de abril del 99, se aprueba el decreto del técnico de Grau Superior en Integración Social. Creo que es el único documento oficial donde aparece como profesión la Trabajadora Familiar.

En el apartado de Principales Ocupaciones i Llocs de treball. Enumera:

Técnico de programas de ayuda a domicilio.
Técnico de programas de prevención i inserción social.
Técnico en inserción ocupacional.
Educador de equipamientos residenciales de diferentes tipos.
Educador de discapacitados (físicos, psíquicos, sensoriales).
Técnico en Movilidad Básica.
Treballadora Familiar.

Durante ese mismo año suceden dos hechos que quiero estacar:

A) La presentación de una moción al Parlament que es aprobada por unanimidad, donde se insta al govern a que: la formación de las trabajadoras familiares, ha de ser de Técnico de Grau Superior.

Una vez aprobada la moción y en los pasillos del Parlament, la misma parlamentaria que había presentado la moción, en conversación con otra parlamentaria de diferente grupo comenta:

No es posible, que las T.F. sean técnicos de Grau superior. Eso son 1700 h de formación y la diplomatura de treball social solo es un curso más. Esto no podrá ser. Estuve presente en la sesión parlamentaria donde fue aprobada, y casualmente también escuche el comentario.

B) En el mes de octubre del mimo año, desde la asociación se organiza una jornada técnica: El futur profesional dels treballadors familiars a l’ampar del decret 39/99 de 23 de febrer.

No se logra movilizar al colectivo en el objetivo de conseguir a través de este decreto: iniciar un proceso de convalidaciones y acceder a formación de grau superior. Entre otros argumentos, porque habría un número importante de T.F a las que les seria difícil acceder, o porque no se quería ser técnico de despacho, sino de la atención directa.

Hacer este recorrido histórico de la evolución de la trabajadora familiar te permite tomar conciencia del cúmulo de ambigüedades y mensajes contradictorios que han rodeado la profesión de trabajadora familiar.

 
¿Cual es la situación que se nos avecina?

La Ley de Promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia es una ley que ha creado muchas expectativas. Se publicita a los cuatro vientos que se prevé crear 70.000 empleos en Catalunya en el desarrollo de esta ley.

Pero ¿de que tipo de empleos hablamos?

Provoca un sentimiento de alarma, cuando en su Artículo 2 definiciones nos define los conceptos de:
1.- autonomía.
2.- dependencia.
3.- Actividades básicas.

Bien. Este podría ser otro de los compromisos a asumir en este congreso.

 
La trabajadora familiar, una profesión hecha en Catalunya.

Podemos convenir que fue a principios de los años 80 cuando aparece la profesión de Trabajadora Familiar. De inmediato estos profesionales se organizan y en el año 84, se constituye la Associacio de Treballadores Familiars de Catalunya, y en los estatutos recoge como uno de sus objetivos: la Formación reglada.

La necesidad de una formación reglada también fue una de las conclusiones del 1er Congreso de T.F Platja d’ Aro 2003.

El mayor logro conseguido en cuanto a la formación, fue el alcanzado con el Departament de Treball. La unificación de criterios de programa y duracion de la acción formativa (750h) en el marco de la formación ocupacional. Un acuerdo, que se ha ido diluyendo a medida que los ayuntamientos y entidades de diversa índole, por intereses diversos entraron en los programas de formación ocupacional, y para no tener que cumplir el acuerdo de unificación de criterios: comienzan a organizar cursos de auxiliar de geriatría, auxiliar de ayuda a domicilio, auxiliar de atención a las personas, Auxiliar de la llar etc...

Mientras, verbalmente se dice a los alumnos que son cursos de trabajadora familiar, el mismo mensaje que utilizan a la hora de establecer lugares de prácticas...- Es un curso de trabajadora familiar.-

En el certificado consta: Auxiliar de ayuda a domicilio, auxiliar de la llar etc. Pero el discurso de las entidades organizadoras es que son cursos de trabajadora familiar.

Dicho así, puede sonar escandaloso, pero no deja de ser una vez más una situación de doble mensaje, de ambivalencia, de confusión, de sí, pero, no.

El objetivo de estos cursos no era la consolidación de una profesión que en la mayoría de los casos desconocían. Era por un lado: su negocio en torno a la formación, y por otro: una pretendida causa social de integración laboral.

Bonito objetivo, pero esta integración en la mayoría de los casos, ha sido en precario.

 
A pesar de todo, la profesión se ha ido consolidando, hay muy buenos profesionales, que además están dispuestos a defender la profesión. Se han ido haciendo huecos en diversos foros, Jornadas de Atención Primaria, congresos de Profesionales de Geriatría, Espai de Debat etc.

Estos profesionales ya forman parte de la historia de Catalunya, y como tal:

1.- Todos los estamentos de Catalunya, políticos, gestores, profesionales.., han de decidirse sin complejos a defender el lugar que corresponde a las Trabajadoras Familiares.

2.- Los ciudadanos que en algún momento de sus vidas han sido beneficiarios de buen hacer, de la profesionalidad, de la ayuda de la trabajadora familiar.., valoran positivamente esta profesión.

3.- Las trabajadoras familiares han de continuar con la defensa de su profesión, pero han de hacerlo no solo desde la atención al ciudadano, sino también desde la vertiente política, presionando a los poderes públicos para conseguir que de una vez por todas, se legisle sobre la formación y sobre la definición de una profesión que realmente es la más cercana al ciudadano, y por tanto un barómetro de la consideración que los poderes públicos tienen hacia los ciudadanos.

Ciudadanos somos todos y todos en algún momento de nuestras vidas necesitaremos de los cuidados de una trabajadora familiar.

 
Por María Ramos Miranda, trabajadora social y gerente de ASEM Catalunya.
Perteneciente a su trabajo: "Reflexiones, Ponencias y Pensamientos"
en torno a la vida en ASEM Catalunya y las dificultades de las
personas afectadas por enfermedades neuromusculares.
2010 (actualizado en 2014).

 

Leer artículo: "La necesidad de un cuidado mas humano".
Por José Luis del Molino. Médico.

www.inteligenciaemocionalysocial.com/1095/uncategorized/la-necesidad-de-un-cuidado-mas-humano

www.proyectoabedul.es/cuidadomashumano