Experiencias:
Familia con hijo que padece gran discapacidad
nunca ha obtenido ayuda social por falta de orientación y asesoría.
Recientemente he tenido ocasión de conocer a unos padres con un hijo de 40 años de edad que padece una
grave discapacidad desde hace mas de 20 años, y a pesar de que su hijo tiene reconocido un
porcentaje de discapacidad del 95%, nunca han recibido prestación social alguna, ni ayuda domiciliaria,
ni apoyo para la compra de material orto-protésico porque según su propia declaración
"no les gusta pedir".
El hecho de ir a la administración a solicitar información y encontrarse con desatención o
desinterés informativo, desconfianza, con el típico "aquí no es, vaya a otro lado" o
"ya ha pasado el plazo de solicitud" sin saber nunca cuando es ese plazo..,
les hizo sentir desorientados, desprotegidos, confusos y "como quien pide una limosna".
Nunca pidieron nada para su hijo
"a quien costean todos los gastos de su bolsillo"
porque no supieron a donde acudir para tramitar las cosas, ni nadie les
informó debidamente. Ningún personal al servicio de la administración que los atendió en su día
cuando valoraron a su hijo fue capaz de gestionar a la familia ni una entrevista con un
trabajador social para asesorarles y hacer un seguimiento periódico del caso.
"Se llevaron a su hijo desde el hospital para su casa y nadie se preocupó nunca mas de ellos".
Lamentablemente, este tipo de situaciones no son tan aisladas como podamos imaginar, ya que
"si el interesado o su familia no conoce la forma de pedir las ayudas pertinentes
de la forma adecuada, nadie se acerca nunca voluntariamente para tramitarles todo ello".
Debería de existir un mayor acercamiento de las administraciones a los afectados
y sus familias cuando surge una gran discapacidad/enfermedad, ya que son momentos difíciles y es entonces más que
nunca cuando el afectado y su familia necesitan tener cerca a personas que les ayuden a obtener los
derechos que a la persona afectada le corresponden. Sin encontrar desinformación, soledad, hostilidad,
actitudes negativas o desidiosas u otras barreras e impedimentos que puedan hacer sentir
que "pedir esos derechos es pedir limosna" pues realmente
"solicitar unos derechos de tal índole nunca es pedir limosna".
Vaya en este artículo el mayor reconocimiento a aquellos funcionarios que
estando en un puesto de atención al público (ya sea como personal de información, médico, psicólogo,
trabajador social..), poseen en su interior una vocación de servicio basada en
la "humanidad", capaz de brindar con su trabajo no solo asesoría, sino también calor, consuelo,
compromiso y una mínima empatía hacia los problemas de los demás.
Gracias a todos ellos por cumplir con su trabajo no solo desde el deber burocrático, sino además
desde un compromiso "ético y humano" que buena falta hace en nuestra sociedad.
Proyecto pedagógico social Abedul. 2009.
Enrique G Blanco.