Opinión de Proyecto social pedagógico Abedul.

Film Mi Calle (1959).
Un film en blanco y negro repleto de coloridos valores,
que no olvida a las personas con discapacidad.

En 1959, el director de cine Edgar Neville realizó un film al que tituló “Mi Calle”. Esta película, estrenada en 1960, refleja extraordinariamente las costumbres y modos de vida de la sociedad del Madrid de principios del Siglo XX, centrando su historia en una castiza calle del casco histórico de esta ciudad; la calle de Don Pedro.

La película, que cuenta con un extraordinario elenco de actores de la talla de Julia Gutiérrez Caro, Adolfo Marsillach, Susana Campos, Conchita Montes o Agustín González entre otros, retrata con extraordinario detalle y buen gusto la vida española a lo largo de 50 años, en una calle que evoluciona al compás de los cambios políticos y sociales de la época. Una calle en la que conviven diversas familias de muy variada posición económica y social.

Lo que hace que esta película resulte a mi modo de ver algo fuera de lo común, es la extraordinaria capacidad “humana” de su director por mostrar en cada pequeño detalle y cada pequeña escena, un sinfín de mensajes ejemplares.

El film es un empeño casi constante por resaltar la importancia de la cordialidad, la amistad y el respeto entre las personas (el vecindario) por encima de las opiniones políticas o status económico-social de cada individuo o familia.

Unas actitudes que cuando se dan en un grupo de personas, o en una sociedad; ayudan sin ninguna duda a convivir mejor y ser todos un poco mas felices. El film, advierte así mismo del peligro cuando se degradan esas actitudes o cualidades humanas para rayar la intransigencia e intolerancia.

Es un ejemplar mensaje que este director trasmitió hace cincuenta años y que en estos tiempos del Siglo XXI es importante valorar y meditar. Son pocos los directores de cine de todos los tiempos, con la capacidad de realizar trabajos así. Edgar Neville fue un prodigio en este sentido, inigualable incluso si se le compara con los profesionales del cine de estos tiempos actuales, que muy a menudo descuidan en sus trabajos reparar en estos detalles tan importantes.

Por otro lado, muy pocos directores de épocas pasadas, se animaban a mostrar en un plano secundario a un personaje con discapacidad del modo tan sensible y acertado con el que Neville lo hace en este film.

Resalta de una forma importante, la transformación que sufre el urbanizado de la calle como pieza importante para reflejar el progreso de la ciudad y la evolución de los tiempos, y a la vez, aprovecha el reflejo de esa transformación para tocar ligeramente algo tan importante como era: “la dificultad de movilidad de las personas con discapacidad en su entorno durante aquellos tiempos”.

Para resaltar estos detalles en la película de un modo tan crítico como lo hace, no me cabe duda de que en Neville debió de influir de forma muy importante, el contraste que debió de observar entre el modelo social del país en el que vivía (EEUU), donde en aquellos tiempos ya existía una asimilación importante de conceptos tales como el diseño universal y las políticas de integración social de las personas con discapacidad.., y el modelo social que encontró en nuestro país, donde no existían esos conceptos.

Al compás que evolucionan los tiempos y las personas, la ciudad va sufriendo ciertas transformaciones que el director refleja a través del urbanizado de la calle, que en un principio era de tosco empedrado de cantos rodados. Todo ello no era demasiado cómodo tal y como detallan las escenas, donde las señoras se resbalaban cuando llovía, etc...

Pero la ciudad prospera con el paso de los años, y la calle pasa del empedrado a ser adoquinada elegantemente con bloques de granito. Tras ello, años mas tarde y con el cambio de las caballerías por el automóvil, el adoquinado termina siendo sustituido por el asfalto. Una transformación en la que aparecen en escena las reformas, zanjas y parches sobre lo recién construido, algo que “nuca ha pasado de moda en nuestra ciudad” pues se conserva dicha costumbre como gran tradición.

Pero cuando alguien en nuestros días observa la descripción que se hace en el film de como eran las calles del Madrid de principios de Siglo XX, lo primero que se pregunta y cuestiona es:

-¿Cómo vivirían en aquellos tiempos las personas con dificultad de movilidad?.

- ¡A penas podrían salir de casa con una silla de ruedas!.

Y cuando el espectador está pensando tal cosa, sin esperar que el film muestre tal sensibilidad puesto que no era lo habitual en el cine de la época, resulta que aparece sorpresivamente en escena el personaje de una joven que tras caerse desde su ventana al patio del edificio, se queda en una silla de ruedas.

Petra, que así se llama el personaje y que aparece con su silla de ruedas acompañada por el vecindario; se muestra muy alegre y contenta porque las calles de Madrid están pasando de estar empedradas a ser pavimentadas con adoquines y ¡ya puede salir con su silla de ruedas!.

El film resalta el sentido amistoso y cordial del vecindario con este personaje, al que en ningún momento el director refleja de forma lastimosa o sin futuro, tal y como solía hacerse en los muy pocos films pasados en los que aparecía algún personaje con discapacidad. El vecindario incluso contribuye conjuntamente para lograr que Petra pueda tener su propio establecimiento de loterías.

Estos valores humanos del vecindario hacia este personaje, son todo un ejemplo que jamás debieran de perderse, pues si en el pasado suponían una pieza clave frente a la inexistencia de programas y proyectos para estos casos, en la actualidad no dejan también de ser fundamentales, puesto que sin unas buenas actitudes y valores humanos por parte de la sociedad, el bienestar, felicidad y ganas de vivir de las personas con dificultades se hace mas difícil.

Dar un enfoque tan adecuado a esta cuestión hace mas de 50 años, solo podía ser propio de una persona con una especial sensibilidad humana.

Si he de escoger una escena de esta bonita y ejemplar película, me quedaría con aquella en la que llega a la calle uno de los nuevos autobuses de dos pisos que estrenaba el Madrid de la época, al cual todos los vecinos quieren subir para ir a celebrar que a un vecino le toco la lotería.., y deciden también llevar a Petra y su silla de ruedas, a la que entre todos tratan de introducir al autobús. Pero al insistir el cobrador en que “la silla de ruedas no puede viajar en el autobús”, se ven obligados a bajarla, decidiendo bajar todos para ir caminando con ella, no sin antes y a pesar de lo ocurrido, ayudar al autobús a salir de un bache en el que segundos después queda embarrancado.

En conclusión; un film en blanco y negro repleto de coloridos valores, que no olvida a las personas con discapacidad.

Una opinión de:
Enrique González Blanco.
Usuario de silla de ruedas.
Proyecto social pedagógico Abedul. 2010.
(Actualizado en abril de 2016).

Ref filmografía:
Título: Mi calle. Año 1960.
Guión y dirección: Edgar Neville. Producción: Sevilla Films.

 


 

 

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